08/04/2002-
Premios Nobel Iberoamericanos B.A. Houssay, profesor de la Universidad de Buenos Aires, Premio Nobel de Medicina, representa el ejemplo de científico latinoamericano entregado a su trabajo científico y académico. Destacó
en los estudios sobre fisiología, los esfuerzos por la modernización
de las enseñanzas médicas, la defensa de las libertades
académicas, su método de trabajo -claro, simple, experimental-
y, finalmente, su carácter emprendedor, como demostró con
la fundación del Instituto de Fisiología o del Consejo Nacional
de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina. Héctor
Charreau. Argentina. UBA / En
la ciudad de Buenos Aires nació y se formó el doctor Bernardo
Alberto Houssay (1887-1971), una de las personalidades científicas
más vigorosas que produjo Latinoamérica. El hombre de ciencia La actuación del doctor Houssay en los ambientes científicos, se extendió desde 1910 hasta 1971; período de tiempo que puede dividirse en etapas que reflejan aspectos interesantes de su personalidad. La primera de éstas, 1910 a 1919, estuvo marcada por la diversidad de su actuación. Trabajó como clínico en el hospital Alvear y en clínica privada; fue joven profesor titular de fisiología en la Facultad de Veterinaria y jefe de patología en el instituto Bacteriológico, sede oficial análoga al Instituto Pasteur. En todos esos lugares desarrolló una actividad febril, concretando experiencias que luego le serían útiles. Así, la clínica le informó de los problemas de las glándulas endocrinas; la Veterinaria le enseñó el conocimiento de las técnicas y el manejo de los animales; el instituto le permitió familiarizarse con los problemas de las toxinas y la inmunología. En
la segunda etapa de su vida, de 1919 a 1943, fue designado profesor titular
de Fisiología en la Facultad porteña de Medicina. Se consagró
entonces, de forma exclusiva, a la docencia y la investigación,
transformando la cátedra en el Instituto de Fisiología. En 1943 un acontecimiento iba a marcar esa trayectoria ascendente. Al estallar una insurrección militar, cambiaron las autoridades nacionales y universitarias. Houssay se manifestó públicamente por las libertades académicas, por lo que el nuevo gobierno lo separó del Instituto de Fisiología. Pasados los momentos iniciales de desconcierto, reaccionó con vigor. Poco después obtenía la ayuda económica de la Fundación Sauberán y la colaboración de un grupo de sus fieles discípulos, para fundar en 1944 el Instituto de Biología y Medicina Experimental, asociados a la Universidad de Buenos Aires y al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, hasta su muerte. En el año 1947 recibió la consagración universal, cuando su prestigio era total, con la concesión del Premio Nobel de Medicina y Fisiología. La producción científica Su producción fue tan múltiple como variada. En 61 años de labor publicó sólo o con sus discípulos, más de 800 artículos sobre endocrinología y metabolismo, farmacología, inmunología, así como sobre educación médica y divulgación científica. Sus
trabajos sobre hipófisis, que le llevaron al Nobel, son quizá
los más relevantes de su trayectoria científica, se iniciaron
en 1910. Poco después del descubrimiento de la insulina en 1921
observó en el sapo (Bufe arenarum Hensol), hipofisectomizado, gran
sensibilidad a esta hormona y la resistencia que daba la administración
de extractos de lóbulo anterior. Repitió y confirmó
los experimentos en el perro, probando así el papel de la hipófisis
en la regulación de los hidratos de carbono. En 1930 demostraba
con Biasotti la atenuación de la diabetes pancreática por
hipofisactomía en el perro y más tarde obtenía diabetes
por inyección de extractos hipofisarios. Estos hechos fueron comprobados
luego en diversas especies animales y en el hombre mismo, y abrieron nuevos
horizontes en el conocimiento de la diabetes y en el papel de las glándulas
endocrinas en la regulación del metabolismo de los hidratos de
carbono. Demostró que el injerto de páncreas entre la carótida
y la yugular de perros, regulaba normalmente la glucemia y los protegía
de la diabetes. El estudio de la regulación de la función
sexual en los batracios fue otra de sus preocupaciones. Con Galli-Mainini
encontró que la orina de mujer embarazada provocaba eliminación
de espermatozoides en el sapo macho, dando origen a la conocida reacción
diagnóstica.
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