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       08/04/2002- 
        Premios Nobel Iberoamericanos El autor dramático madrileño contribuyó a la renovación de la comedia española de finales del siglo XIX y principios del XX. El 
        Premio Nobel de Literatura le fue otorgado en 1922, "por haber continuado 
        dignamente las tradiciones del teatro español". Entre sus 
        obras más conocidas, destacan: "La malquerida", "Los 
        intereses creados", "Pepa Doncel", "La ciudad alegre 
        y confiada". Fue viajero por Iberoamérica, periodista y hombre 
        inquieto. Académico de la lengua y fecundo escritor que llegó 
        a escribir más de doscientas obras. Nació y murió 
        en Madrid (1866-1954).  
 Autor de más de 200 obras Muy 
        cercano al modernismo, Benavente no es, sin embargo, un autor "clasificable" 
        ni con los "noventaiochistas" ni con los "modernistas"; 
        es, en el más amplio sentido de la palabra, un comediante que otorgó 
        al teatro español de su tiempo una modernidad de la que hasta ese 
        momento carecía. Autor de más de doscientas obras -"Los 
        intereses creados", "La malquerida", "La comida de 
        las fieras", "La noche del sábado", "Rosas 
        de otoño", "Lo cursi", "La ciudad alegre y 
        confiada", "Señora ama"-, Jacinto Benavente, que 
        había nacido en la capital de España en 1866, obtuvo el 
        Premio Nobel de Literatura en 1922, "por haber continuado dignamente 
        las tradiciones del teatro español". La comedia Las sátiras sociales, los dramas rurales -en los que el autor alcanza su máxima trágica-, y su acercamiento al teatro infantil, conceden, a la comedia de Benavente, una diversidad cuyo carácter común es la solidez de sus recursos escénicos y lo ingenioso de sus diálogos. Así, la a menudo criticada instrascendencia de su teatro, parece liberada por el juego brillante de la escena, por la agudeza de los personajes, por lo verosímil de un retrato social que rompe moldes con sus antecesores. Paralelamente a la obra del dramaturgo madrileño, los hermanos Serafín y Joaquín Alvarez Quintero, Carlos Arniches, y Pedro Muñoz Seca, conforman el teatro del cambio de siglo español. Desde los tipos y los ambientes andaluces de los Quintero, hasta el "pintoresquismo" del levantino Arniches, pasando por lo disparatado de la comedia de Muñoz Seca; sólo hay un carácter común con el Nobel Benavente: la descarada frivolidad que en estos años aparta la escena española de los grandes dramas y de la dramaturgia poética. Frente a ellos, el contrapunto de la España de Ortega y Gasset. Eugenio D'Ors o Gregorio Marañón. El teatro de Benavente, quien igualmente escribió versos y prosa, se ha dado en llamar "teatro social y de tesis"; en realidad es un plural conjunto de comedias: de salón ("El nido ajeno"), sociales ("La losa de los sueños"), rurales ("La malquerida"), infantiles ("La novia de nieve"), o incluso con moralina ("Los malhechores del bien"), en las que el escritor y periodista se torna perspicaz psicólogo de una sociedad a la que ironiza con un lenguaje de perfecta factura y clara intención burlesca. Continuador 
        de la gran tradición picaresca, cuyo exponente magistral es "Los 
        intereses creados", el comediante madrileño fue, a la vez 
        un activo cronista y participó, como periodista, en distintos medios 
        informativos y culturales de su época. Dirigió las revistas 
        "Blanco y Negro" y "La vida literaria".  
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