08/04/2002-Diálogo Iberoamericano: Investigación

Nueva aproximación antropológica y social a la población rapanui

Rapa Nui, la exótica isla polinesia situada en el océano Pacífico y uno de los puntos geográficos más aislados de todo el planeta, es el escenario de la tesis doctoral en antropología social defendida en la UB por la bióloga Mª Eugenia Santa Coloma, y centrada en un exhaustivo análisis de la transformación demográfica, social y cultural de la población rapanui en el s. XIX y XX. El trabajo ha sido dirigido por el antropólogo Grant McCall de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney (Australia) y con la tutoría del profesor Joan Bestard del Departamento de Antropología Cultural y Historia de America y África de la UB. .

Prensa Unv- Barcelona/ Más conocida como la Isla de Pascua y custodiada por los enigmáticos moais, Rapa Nui es una isla de origen volcánico situada en el triángulo polinesio a 3.747 km de Chile y 4.050 km de Tahití, y es Patrimonio de la Humanidad desde 1995. Poblada actualmente por 3.000 habitantes, la isla fue ocupada originariamente por navegantes polinesios que llegaron a sus costas en los s. IV-V d.C. Redescubierta por el navegante holandés Jacob Roggeveen el 5 de abril de 1722, Día de Pascua, la isla tiene una marcada tradición cultural y los rapanui representan un modelo de sociedad aislada y bien definida, con características culturales únicas y especialmente adecuadas para la investigación antropológica y cultural. Además, son los únicos polinesios influídos cultural y socialmente por un país de habla hispana, que es Chile.

Éste es el marco de referencia de la tesis doctoral, basada en el trabajo de campo desarrollado durante siete años por la investigadora en Rapa Nui, a fin de analizar las claves de la evolución demográfica y social de la población rapanui entre los s. XIX y XX y los cambios en la identidad de la comunidad indígena, sobre todo a raíz de la anexión a Chile en 1888 y la llegada de los primeros misioneros, que modifica rápidamente las costumbres más ancestrales de la isla y marca la diferenciación cultural respecto a otras culturas polinesias. La mayor parte de la investigación se basa en datos estadísticos (población, migración, matrimonios, defunciones, etc) del Instituto Nacional de Estadística, registro civil, archivos eclesiásticos y navales, etc, mientras que las entrevistas a los habitantes de la isla han sido la herramienta de investigación básica en los estudios de mayor contenido antropológico.

Según apunta el estudio, el idioma rapanui y la organización familiar son algunos de los signos culturales más transformados en la isla, incorporada a la provincia de Valparaíso en 1966, fecha que marca el final del colonialismo y el inicio del mestizaje con los chilenos continentales que llegan a la isla. El estudio revela que la lengua rapanui –de origen polinesio y prohibida por los colonizadores hasta mediados s. XX-- está seriamente amenazada, carece de reconocimento oficial y podría llegar a desaparecer en las futuras generaciones por el contacto con el español, idioma oficial en la isla.
Los cambios también son muy significativos en el ámbito de la familia, en especial en la situación de la mujer en el marco de la nueva sociedad, con su progresiva incorporación al mundo del trabajo y la adecuación a modelos reproductores más occidentales, que marcan el tránsito de las familias extensas hacia unidades nucleares, formadas básicamente por padres e hijos. La autora también ha analizado la evolución del matrimonio, una institución muy enraizada en una sociedad patriarcal y mayoritariamente católica.

El número de uniones entre rapanuis disminuye a la isla, mientras crece el de parejas mixtas o de chilenos continentales, y ello provoca una disminución de la población autóctona y una alarmante pérdida de los patronímicos ancestrales. La llegada de los primeros continentales, la emigración de los rapanui, el uso de anticonceptivos y el impacto de las nuevas conductas sociales de la cultura procedente de Chile han reducido la tasa de crecimiento en la isla, tradicionalmente muy elevada a causa de la alta natalidad, el bajo índice de mortalidad y la escasa influencia de movimientos migratorios, factores demográficos que fueron clave en su día para evitar la extinción de la población indígena en 1877 cuando sólo quedaron 111 rapanuis en la isla debido a las redadas esclavistas y a la presión de los agentes colonizadores.

“La situación de la población rapanui en la actualidad –comenta Mª Eugenia Santa Coloma-- es muy contradictoria, y existe una fuerte dualidad cultural entre la necesidad de conservar la identidad polinesia y los valores culturales más ancestrales, y la ambición por llegar a alcanzar objetivos más próximos a la cultura continental, con nuevos modelos sociales y un sistema económico diferente que ha substituído de forma progresiva la típica economía de subsistencia en la isla”.

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Referencia:
Dra. Mª Eugenia Santa Coloma Costea.
Correo e.: marusca@arrakis.es

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