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Diálogo Iberoamericano

Núm. 14 / marzo-abril 1998. Pág. 32

El Otro rostro de América Latina

Cuando hablamos de proyectos conjuntos con universidades de América Latina muchas veces nos dejamos guiar por una mentalidad tecnicista que hace que se miren más y se vean con más interés los proyectos destinados al Desarrollo científico y tecnológico que a otras ideas de cooperación más enraizadas con las raíces culturales e históricas de unos pueblos que comparten con nosotros muchos siglos de su propia historia.

Pedro Geraldía (Universidad de Cádiz). Una historia en muchos casos desconocida por nosotros mismos y por ellos y que en gran parte de la ocasiones dista mucho de la Historia Oficial que en nuestro caso sólo abarca lo mucho y bueno que en aquellas tierras hicieron nuestros antepasados y en el caso de estos pueblos hermanos, sólo tiene razón de ser en el reflejo de la vida, obra y milagros de los próceres que forjaron las respectivas identidades nacionales en aquel continente.
De recuperación de la historia, o de la búsqueda de las raíces de una historia más ligada a la vida de los hombres y mujeres de esas tierras es de lo que trata la experiencia que aquí relatamos. Una experiencia docente y académica que fue llevada a cabo el pasado año por la Prof. María Dolores Pérez Murillo (Universidad de Cádiz), y por el Ldo. en Historia, Fernando García de Sola Márquez.
Intrahistoria
A través de una acción del Programa Intercampus de Cooperación con las Universidades de América Latina, la Prof. Pérez Murillo viajó hasta la Universidad de Cuenca, en la provincia ecuatoriana de Azuay. Se trataba de impartir un Seminario sobre "Intrahistoria y Oralidad", que son las líneas de investigación que referidas a la emigración andaluza en América Latina, ella lleva a cabo en nuestra universidad. Los alumnos ecuatorianos eran de las especialidades de Psicología y de Historia, pertenecientes a la Facultad de Letras, Filosofía y Ciencias de la Educación.
El Seminario impartido pretendía ir recabando información y datos sobre el fenómeno de las emigraciones a partir de las propias experiencias de los alumnos, contándolas como fuentes orales para el conocimiento de la realidad histórica de la zona donde viven. A través de textos del escritor y ensayista uruguayo Eduardo Galeano y tomando como base la historia oral reflejada por los emigrantes andaluces que fueron a América en el siglo pasado, los alumnos fueron desgranando experiencias similares que los hizo comprender a través de sus propios testimonios este fenómeno dramático de esta zona donde viven. Según la profesora Pérez Murillo, "la zona de Azuay es una región volcada a la emigración, en su mayoría clandestina, a Estados Unidos. Los alumnos fueron al mismo tiempo hacedores y objeto del trabajo de campo que allí realizamos. Las condiciones económicas de esta región hacen que la emigración sea una de las metas de quien quiere mejorar las condiciones materiales en las que viven". La búsqueda de esta mejores condiciones de vida obliga a muchos, en su mayoría hombres, a tomar el camino de la emigración como salida a las penalidades y a la miseria. Según relata la profesora Murillo "esta realidad ha hecho que muchas zonas queden completamente desiertas del elemento masculino, las mujeres quedan solas a cargo de los hijos y de las deudas que supone haberse puesto en manos de los "coyotes" (traficantes de inmigrantes).
Para obtener un pasaje en esta odisea quien quiera emigrar ha de endeudarse con una cantidad situada en torno al medio millón de pesetas, deuda que habrá de pagar una vez se encuentre situado en Estados Unidos. Pero el camino hasta llegar a ese "Dorado" del norte no es fácil. Después de un trayecto infernal, bien por la carretera Panamericana hasta Colombia, o bien por barco se ha de ir en avión hasta Guatemala, único medio que existe medianamente fiable para pasar Selva del Darién y todo el Istmo de Panamá. De Guatemala a México en furgonetas atestadas de gentes se realiza el viaje hasta la frontera, "según contaban algunos alumnos en estos vehículos llegan a viajar de 60 a 100 personas hacinadas, hombres y mujeres, los cuales para evitar ningún tipo de excitación sexual, hecho que podría resultar problemático, ingerían bromuro en las comidas".
Si no eran atrapados por la policía fronteriza de Estados Unidos y repatriados a México o a sus países, los que logran pasar no tienen un futuro muy esclarecido tampoco. En el gran vecino del norte a estos emigrantes lo que les está reservado es trabajar en los niveles más bajos del sector servicios, con sueldos de miseria y en pésimas condiciones laborales, sirviendo de pasto a empleadores sin escrúpulos o mafias locales de trabajo que los chantajean si se quejan de estas malas condiciones con denunciarlos a las autoridades. Los más resisten y callan para seguir mandando dinero a sus casas y pagar la deuda contraída por el viaje. "El sueño de muchos de ellos es poder hacerse una casa, grande y hermosa al estilo de una mansión, en la parcela donde está el conuco y la chabola, una vivienda que nunca podrán habitar y en la que lo único que les espera al regreso es la tumba".
Todo esto pudo conocer a través de las experiencias que contaron de los emigrantes andaluces y que los alumnos, muchos de ellos hijos de estos emigrantes forzados, identificaron como propias.
Esta etapa docente se convirtió para ambas en una experiencia imborrable que les dio pie para explicarles también a los alumnos que aquí el problema de la emigración también fue y es una historia cotidiana. "Lo fue primero de los españoles que tuvieron que irse a Centroeuropa para trabajar y lo es ahora como país que recibe el flujo de emigrantes del norte de Africa. Para hacerlos entrar en la problemática que esto supone también aquí proyectamos películas como "Las cartas de Alou" o "Bwana" y les dimos documentación escrita, que les hiciera ver que esta sociedad en la que vivimos no es el paraíso que ellos piensan que tenemos".
Oralidad
La otra etapa de este viaje estuvo centrada en la convivencia y trabajo con la Comunidad Indígena de Saragullo, localidad situada al Sur del país y en la que reside la más grande colectividad indígena de Ecuador. "Gracias a la intermediación de un profesor de la Universidad de Cuenca, pudimos preparar un Seminario con ellos. Buscábamos el aporte documental que suponen las fuentes orales para el conocimiento de la historia de los pueblos y las comunidades". Se trataba de recoger de los viejas historia contadas y cantadas por ancianos y por mujeres los avatares que esta población autóctona ha ido pasando desde los tiempos de la conquista hasta nuestros días. "Son comunidades cerradas, muy recelosas de quien les viene de fuera sea blanco o mestizo. La fuerte conciencia histórica que poseen les hace ser cautos y precavidos al mismo tiempo que celosos de sus tradiciones y costumbres". Siglos de dominación y de postergación posterior a la Independencia reflejados en la mentalidad colectiva y en los usos y costumbres ," todavía los hombres se visten con pantalones cortos. El motivo estriba en que los españoles les obligaban a llevar esta indumentaria por considerarlos menores de edad".
Desconocimiento de su propia Historia
Una de las revelaciones más interesantes de la que fueron testigos Pérez Murillo y García de Sola es del desconocimiento enorme que tanto los jóvenes universitarios como los indios tenían de su propia Historia. "El desconocimiento con respecto a los elementos más significativos de su pasado era total. Este hecho viene motivado porque la Historia que se enseña en estos países es la Historia Oficial, la que cuenta las batallas y las heroicidades de los próceres de la Independencia. El que nosotros hayamos ido a contarle otra visión ha motivado que para este año, el próximo verano a realizar un Seminario sobre Historia de América. No es lógico que estas personas conozcan mejor las Historia de Europa en sus diferentes etapas que la Historia que les es más propia y cercana, cuyas realidades viven y en muchos casos sufren".


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