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Diálogo Iberoamericano

Núm. 14 / marzo-abril 1998. Pág. 27

Investigadores andaluces desarrollan una nueva línea de producción de aceites vegetales

Carlos Miraz (Universidad de Córdoba). Investigadores del Instituto de Agricultura Sostenible de Córdoba y del Instituto de la Grasa en Sevilla, centros ambos pertenecientes al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, han desarrollado una serie nuevas líneas de girasol, con variaciones en la composición de los ácidos grasos de sus aceites, que suponen una auténtica panacea por lo que se refiere al uso de aceites vegetales dentro de la industria agroalimentaria, al no hacer necesarias -como hasta ahora- posteriores transformaciones químicas y eliminar con ello algunos de los efectos nocivos que estos procesos traían consigo.
Estas nuevas variedades de aceite, de textura sólida, parecida a la de la manteca, son el producto de ocho años de investigaciones ahora concretadas en una patente mundial, propiedad del CSIC, que también cuenta ya con una empresa dispuesta a su comercialización.
Para comprender mejor sus virtudes es preciso partir del hecho de que buena parte de la actual industria alimentaria necesita de grasas semisólidas para la elaboración de muchos de sus productos (margarinas, bollería, pasteles, platos precocinados, etc.). Para ello se parte de grasas vegetales que son sometidas a un proceso químico de hidrogenación por el que pasan de líquidas a sólidas. El problema radica en que, como consecuencia de éste, se producen unos ácidos grasos artificiales que el organismo humano no reconoce, y por tanto no metaboliza de forma adecuada, acumulándolos en el tejido adiposo.
La consecuencia final es que estos ácidos, denominados isómeros artificiales trans, acaban teniendo efectos nocivos para la salud, al menos en la misma medida que las grasas animales, descartadas en su día a causa de su incidencia en los niveles de colesterol. Con este nuevo aceite sin embargo, al no ser necesaria transformación química alguna, podrán obtenerse productos alimenticios mucho mas saludables.
Los investigadores Rafael Garcés Mancheño, Juan Pérez Fernández, José María Fernández Martínez y Manuel Mancha Perelló estiman que estos nuevos aceites de girasol se podrán comercializar, para uso industrial, en un plazo de dos años, de forma que fabricantes de margarinas y otros productos puedan disponer de una serie de aceites vegetales "a la carta", sin necesidad de manipulación química y mucho más saludables. Un efecto secundario también beneficioso, esta vez desde el punto de vista económico ya que se eliminaría el proceso de hidrogenación que representa aproximadamente un 20% del valor del producto final.


Zonas estuarinas, riqueza ecológica en peligro

La sede regional de Tumaco de la Universidad del Valle (Colombia) ha iniciado una serie de acciones tendientes a elevar el nivel de capacitación de los pescadores artesanales y técnicos interesados en el fomento de la acuacultura en aguas estuarinas. Se tratan así de evitar los graves problemas ecológicos derivados de la tala indiscriminada de bosques y manglares en los estuarios de la costa pacífica y de ofrecer alternativas económicas a las problaciones de estas regiones.

AUPC (Universidad del Valle (Colombia). Pocos lugares más bellos y naturales como las desembocaduras de los ríos en el mar. Sin embargo, estos hermosos ecosistemas han sido devastados por acciones del hombre y si el remedio no llega pronto, su destrucción será completa en poco tiempo.
La depredación y la mala utilización de los recursos naturales por parte de los pobladores son los principales enemigos de los estuarios o bocanas. En la costa del Pacífico colombiano, existen muchos de estos ecosistemas en los cuales se unen las aguas de los ríos con las del mar; esta inmensa riqueza tiene unas características muy especiales en cuanto a fauna, flora, salinidad, temperatura, sedimentos y cantidad de materia orgánica disuelta o en suspensión en el agua estuarina.
En las aguas estuarinas se presentan condiciones muy especiales: cuando la marea sube penetra el agua salada y cuando la marea baja sale el agua dulce hacia el mar. Al mezclarse las aguas las condiciones ecológicas cambian radicalmente: las especies como crustáceos, caracoles, plancton, son muy diferentes a los existentes en mar abierto.
La mezcla resultante ocasiona variaciones amplias en la salinidad con cada cambio de marea. Por ello, las especies animales y vegetales que viven en estuario están sometidas a fuertes cambios ambientales cada ocho horas; especies como la lisa y el camarón, son de las que más resisten los cambios mareales de las zonas estuarinas.
En los estuarios también predomina el mangle, la especie vegetal capaz de fijar más cantidad de carbono en los ecosistemas del planeta. A este árbol están asociadas numerosas especies animales, las cuales desaparecen al desaparecer él.
Hasta hace muy poco, la mayoría de los habitantes de la Costa Pacífica se dedicaban a la tala indiscriminada de bosques y manglares; un grupo de pobladores en la región, se dedicaba a la quema de mangle para extraer carbón, causando con ello graves perjuicios al ecosistema. Recientemente el Gobierno Nacional prohibió la explotación comercial del mangle, para prevenir su extinción. De igual manera, los científicos que trabajan en estas zonas concluyeron que lo más importante es capacitar a los pobladores para un mejor manejos de los recursos naturales, incluyendo inducción en acuacultura para su sostenimiento y el de su familia.
Precisamente la Universidad del Valle, a través de su sede regional en Tumaco, ha iniciado una serie de acciones tendientes a elevar el nivel de capacitación de los pescadores artesanales y técnicos interesados en el fomento de la acuacultura en aguas estuarinas.
El Biólogo Eduardo Guevara, investigador docente, con postgrado de la Universidad de Carolina del Sur (EE.UU.), perteneciente al Programa de Movilización de Científicos en el Exterior financiado por Colciencias, esta a cargo de este programa para realizar investigaciones aplicadas a las condiciones ambientales de las aguas estuarinas.
"A través de este programa, grupos de campesinos realizan un trabajo comunitario en el que se han construido estanques para la práctica de la acuacultura, con lo que esperan producir proteína de pescado y camarón como una alternativa para la población", a firma el investigador. "Así mismo, en colaboración con el Centro de Control de Contaminación del Pacífico, dirigido por la Armada Nacional, equipos multidisciplinarios se encargarán de diseñar y poner en marcha propuestas de investigación aplicada en acuacultura, orientados a elevar el nivel socioeconómico de las comunidades de pescadores artesanales de la región", asegura Guevara Salazar.
Referencia: Eduardo Guevara. Vic. de Regionalización. Universidad del Valle. Tlf. (57)92-3316834


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