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Diálogo Iberoamericano
Núm. 11-12 / spbre.-diciembre 1997. Pág.
56
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Pablo Neruda. Nobel de Literatura 1971
"Con la acción de una fuerza elemental da vida al destino
de un
continente y a sus sueños"
"Quién no conoce el bosque chileno, no conoce
este planeta. De aquellas tierras, de aquel barro, de aquel
silencio, he salido yo a andar, a cantar por el mundo....
Tal vez el amor y la naturaleza fueron desde muy temprano
los yacimientos de mi poesía."
"Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?
Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
venid a ver la sangre
por las calles!"
Eduardo Segovia Cornejo (Asesor Embajada de Chile en
España) y antonio Marín Ruiz
(redacción). /
Neftalí Ricardo Reyes nace en Parral, Chile, el 12 de
Julio de 1904. La naturaleza chilena imprime un primer
carácter a su vida, que le acompañará
siempre: "Comenzaré por decir, sobre los días y los
años de mi infancia, que mi único personaje
inolvidable fue la lluvia. La gran lluvia austral que cae como
una catarata del Polo, desde los cielos del Cabo de Hornos hasta
la frontera". "El Océano Pacífico / se salía
del mapa. / No había donde ponerlo / Era tan grande,
desordenado / y azul que no cabía
en ninguna parte. / por eso lo dejaron frente a mi ventana."
Con apenas trece años se inicia en la poesía,
a los catorce nace el nombre por el que le conocemos:" mi padre
perseguía denodadamente mi actividad literaria. No estaba
de acuerdo con tener un hijo poeta". Fue así como se
buscó
un apellido que lo despistara y encontró en una revista
ese
nombre checo -Jan Neruda-, sin saber siquiera que se trataba de
un gran escritor.
Siente orgullo de ser pueblo y como tal, orgullo por su
padre -conductor de tren lastrero en Temuco- y por la gente de
la tierra. En "Las manos del día" se queja de su
inutilidad para construir algo material. Siente una profunda
admiración por aquellos que sostienen y arman el mundo en
sus
manos. Esta idea la repite en la ceremonia en que recibe el Pemio
Nobel: "El poeta no es un pequeño dios. No, no es un
pequeño dios. No está signado por un signo
cabalístico superior al de quienes ejercen otros
menesteres y oficios. A menudo expresé que el mejor poeta
es el hombre que nos entrega el pan de cada día: el
panadero más próximo, que no se cree Dios".
El poeta venía de la Provincia, había llegado
a la Capital a matricularse a la Universidad, con sus versos bajo
el brazo; eligió ser profesor de francés (.."para
leer,
en su idioma original, a Rimbaud, a Verlaine, a Hugo.."). Su vida
de estudiante fue dura, vivió en pensiones miserables,
pasó
hambre; sus zapatos estuvieron rotos muchas veces. Pero la vida
y su saber le llevaron a la diplomacia y a viajar. Entre los
años 1927 y 1931 a Oriente (Rangún, Colombo,
Singapur). Allí escribe la mayor parte de su libro
"Residencia en la tierra", ese "diccionario atormentado de mis
tribulaciones", como lo llamó. En esos días en
Oriente,
todo su ser rebelde prepara, la nueva primavera. Julio
Cortázar lo afirma con maestría: "Si en la Tercera
Residencia los lectores te encontrarán tal como te
forjaste y te quisiste, tal como sigues siendo al término
de tanto fabuloso libro, yo te digo y les digo que los poemas de
las dos primeras Residencias con tienen toda tu poesía
futura y te contienen lo creas o no, en tanto que poeta
revolucionario".
Cuando Neruda llega a Madrid a asumir sus funciones de
Cónsul, estaba por cumplir los treinta años. La
agitada
actividad política de cada día, comienza a influir
de manera decisiva en su persona, lo mismo su amistad con
Federico García Lorca, Alberti, Miguel Hernández
y con la mayoría de los jóvenes poetas
españoles
de entonces que conformaban parte del florecimiento
artístico, científico y literario de los
años de la Segunda República. En ese período
encontrará un campo abonado donde cultivar su semilla
romántica y dramática, y en cuyo fruto
confesará Neruda haber encontrado también, en la
doble función de emisor-receptor, la necesaria
contención a su
"romanticismo americano" y la necesaria maduración
política.
Desde 1941 representó a su país en
México,
hasta que regresó y fue elegido Senador. Forzado al
exilio,
Neruda visitó diversos países europeos, la
ex-Unión
Soviética y China. Renuncia a favor de Salvador Allende,
a la candidatura de la presidencia de Chile, en 1970.
Creación
Tras estos datos se esconde una febril actividad intelectual
y política y la creación de una obra poética
reconocida con la concesión del Premio Nobel de Literatura
en
1971, Nobel de la Academia Sueca a "una poesía que, con
la acción de una fuerza elemental da vida al destino de
un
continente y a sus sueños".
La obra de Neruda nos conduce a títulos
emblemáticos en la literatura en lengua española:
"Residencia en la tierra", "Veinte poemas de amor", "Canto
general", "Odas elementales", "Memorial de la Isla Negra",
"España en el corazón", "Estravagario", etc. No es
este
el lugar para extenderse en la obra, pero sí quizá
para dejar hablar a Neruda y entender así su obra y su
forma de pensar, dice en "Confieso que he vivido":
Sobre los imperialismos: "No hay casas, ni pan, ni
medicinas. En tales condiciones ha dejado el imperio colonial la
civilizada, orgullosa Inglaterra. Se ha despedido de sus antiguos
súbditos sin dejarles escuelas, ni industrias, ni
viviendas, ni hospitales, sino prisiones y montañas de
botellas de whisky vacías".
Sobre la guerra de España: "Franco marchaba con sus
italianos, moros y cruces gamadas, dedicado a la santa tarea de
matar españoles".
Finalizada la guerra española, el gobierno del
presidente chileno Aguirre Cerda envía a Neruda a Francia
a cumplir la que llamó más noble misión que
habría
de cumplir en su vida, "la de sacar españoles de sus
prisiones y enviarlos a mi patria". "Sí, tráigame
millares de españoles. Tenemos trabajo para todos.
Tráigame pescadores; tráigame vascos, castellanos,
extremeños".
Sobre el México del pensamiento y de la pintura:
"México, el último de los países
mágicos". "No hay en América ni tal vez en el
Planeta, país de mayor profundidad que México y sus
hombres".
Autocrítica: "Yo había aportado mi dosis de
culto a la personalidad, en el caso de Stalin. Pero en aquellos
tiempos Stalin se nos aparecía como el vencedor
avasallante de los ejércitos de Hitler", no iba a caer en
el mismo error en el caso de Mao, de culto a una deidad
socialista ("maoestalinismo").
Justificación de una militancia: "Los poetas tenemos
el
derecho de ser felices, sobre la base de que estamos
férreamente unidos a nuestros pueblos y a la lucha por su
felicidad".
Septiembre, 1973
En 1973 el terremoto lo asalta al final de sus días:
"Hace tres días volví a entrar a mi casa de
Valparaíso. Grandes grietas herían las paredes. Los
cristales hechos añicos formaban un doloroso tapiz". "Es
verdad que el mundo no se limpia de guerra, no se lava de sangre,
no se corrige del odio. Es verdad. Pero es igualmente verdad que
nos acercamos a una evidencia: los violentos se reflejan en el
espejo del mundo y su rostro no es hermoso ni para ellos mismos".
"Sigo creyendo en la posibilidad del amor. Tengo la certidumbre
del entendimiento entre los seres humanos, logrado sobre los
dolores, sobre la sangre y sobre los cristales quebrados".
Neruda muere el día 23 de septiembre de 1973,
días después de sentir el dolor de los cristales
rotos en su alma de poeta ("En medio de la noche me pregunto, /
qué pasará con Chile? / Qué pasará
con mi pobre patria oscura?). Una lejana canción de amor
ronda
en la memoria de una vida: "Aunque este sea el último
dolor que ella me causa, / y estos sean los últimos versos
que yo le escribo".
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