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Diálogo Iberoamericano
Núm. 11-12 / spbre.-diciembre 1997. Pág.
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Investigan virus HTLV II en indígenas
venezolanos
Se maneja la hipótesis de que se trata de un virus
ancestral que emigró con los primeros pobladores
americanos y que evolucionó filogenéticamente en
algunos poblados sin producir ningún tipo de
patología. Su comportamiento en células
inmunológicas es similar al del VIH.
Rosanna Marotta (Universidad Central de Venezuela). /
El HTLV II es un retrovirus que afecta al sistema
inmunológico de los seres humanos de manera muy similar
al VIH. No obstante, a pesar de que por vez primera se
describió en un paciente con un tipo de leucemia muy
particular, aún no se ha podido demostrar que
está definitivamente ligado a determinada
patología o que en efecto la genere. Y es que a
diferencia del VIH, todavía no es posible afirmar que
provoque inmunodeficiencia.
Lo más curioso de este virus (cuyas siglas
significan virus linfotrópico de células t en
humanos) es que ha sido hallado en grupos muy particulares: se
ha demostrado que afecta de manera endémica a algunas
poblaciones amerindias, no produciendo en ellas ningún
tipo de enfermedad. Esto asoma la hipótesis de que se
trata de un virus ancestral que emigró con los primeros
pobladores americanos y que evolucionó
filogenéticamente en algunos poblados sin producir
ningún tipo de patología.
Desde el Instituto de Inmunología (IDI) de la
Universidad Central de Venezuela (UCV) se llevan a cabo
estudios de HTLV II. Luego de extensas investigaciones acerca
de las poblaciones indígenas del país, se
halló que dos de siete de ellas están infectadas
por el virus.
Un equilibrio evolutivo
La doctora Matilde León Ponte es investigadora del
Instituto de Inmunología de la UCV y coordinadora del
proyecto de estudio del HTLV II en las etnias venezolanas, el
cual se inició hace seis años en
colaboración con el Instituto de Medicina Tropical de
la Universidad.
"La primera muestra del HTLV II que se dio a conocer a
nivel mundial -nos explica León Ponte- fue hallada en
un grupo amerindio de Centroamérica (Panamá) y
poco después fue localizado en algunas tribus de los
Estados Unidos. Aquí en Venezuela inicialmente
estudiamos cinco etnias (los guajiros, los waraos, los
yanomami, los piaroas y los pemones), de las cuales ninguna
apareció infectada. Pero más tarde, hacia el sur
del estado Apure se descubrió que entre los yaruros se
encontraban algunos portadores del HTLV II (un 12%).
Los yaruros conforman una de las tribus más
antiguas de Venezuela, cuyos orígenes se remontan a la
época de la conquista española. Asimismo,
más recientemente fue localizado el virus en la etnia
de los guajibos (de mayoría colombiana) que emigran
hacia sus asentamientos venezolanos en Puerto Ayacucho y en el
estado Bolívar. Para el grupo de investigadores,
llamó la atención el hecho de que existe una
prevalencia del virus en estas comunidades, mucho más
elevada que en los yaruros (25%). No obstante, ninguno de los
infectados presentaba algún tipo de
sintomatología.
Lo que ha postulado el IDI es que sencillamente se trata
de infecciones que han estado presentes en estas comunidades
de forma ancestral. En el caso de los indios de América
se cree que el virus fue traído con los primeros
migradores que llegaron a través del estrecho de
Bering, lo cual quiere decir que se trata de una
infección de tres o cuatro mil años que, al cabo
de ese tiempo, ha generado una especie de equilibrio
evolutivo.
"Esto no es de extrañar -añade la
investigadora- ya que desde el punto de vista de su
supervivencia, el interés de un virus es no acabar con
el hospedador, ya que lo contrario resulta contraproducente
para su propia reproducción. El HTLV II sería
entonces de una infección benigna, producto de un pacto
de caballeros entre el virus y el sistema inmunológico,
un equilibrio que permite la supervivencia de ambos".
En el caso del VIH se piensa que, por ser un virus que
llegó al hospedador humano desde hace muy poco tiempo
(no se sabe exactamente cuándo, pero con seguridad no
tiene 50 años), aún mantiene una "batalla de
poder" con el organismo humano.
Una de las interrogantes que genera el HTLV II, es si
las personas que no forman parte de la herencia
indígena que ha podido vivir con él,
-léase cualquier citadino común y silvestre-
puede ser igualmente capaz de sobrevivir al virus. "Apenas
tenemos poco más de ocho años de investigaciones
en la materia y las incógnitas aún son
múltiples", advierte nuestra investigadora.
Un seguimiento riguroso
El objetivo principal del estudio que adelanta el IDI es
conocer cuáles son las verdaderas
características de la infección del virus y sus
implicaciones para los portadores. Como ya
mencionáramos, se trata de un virus muy parecido al VIH
en el sentido de que ambos son retrovirales, con ciclos de
reproducción muy parecidos desde el punto de vista
biológico, con mecanismos de transmisión
similares y que atacan las mismas células de
función inmunológica (los linfocitos CD4).
No obstante, lo curioso es que siendo tan parecidos en
su constitución y funcionamiento, las consecuencias
para el humano no son las mismas: no es posible afirmar que el
HTLV II sea un virus de inmunodeficiencia. De ahí la
pregunta que se hace la ciencia: ¿cómo es posible
que los indígenas portadores vivan por muchos
años sin ningún tipo de sintomatología?
¿Cuáles son las reales diferencias entre el VIH y
el HTLV II?
El más reciente interés del IDI es
descubrir una asociación directa entre el virus y
algún tipo de enfermedad. Asimismo, busca detectar si
existe alguna clase de filogenia en el virus, es decir,
encontrar si las cepas -o tipos virales- del HTLV II han
tenido variaciones o evoluciones a lo largo del tiempo, esto
es, diferencias en su ADN.
Los estudios aún son muy incipientes y
todavía es un misterio la forma en que reacciona el
sistema inmunológico de los indígenas frente a
las cepas virales de HTLV II. Pero con seguridad las
respuestas no se harán esperar.
Novo Núcleo de excelência em virologia
animal em Veterinária
A Universidade Federal de Pelotas (UFPel), através
da Faculdade de Veterinária, integra, juntamente com a
Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS) e a
Universidade Federal de Santa Maria (UFSM), núcleo de
excelência em Virologia Animal, reconhecido
internacionalmente pela comunidade científica e com
importantes reflexos sobre o setor agropecuário
gaúcho.
O projeto, que tem como pesquisadores principais os
professores Telmo Vidor, do Laboratório de Virologia da
Faculdade de Veterinária da UFPel, Rudi Weiblen, do
Laboratório de Virologia Veterinária da UFSM
(coordenador) e Paulo Roeche, do Laboratório de
Virologia do Centro de Pesquisas Veterinárias
Desidério Finamor e professor da UFRGS (todos com
doutorado), teve a aprovação do
Ministério da Ciência e Tecnologia,
através dos agentes financiadores CNPq, Finep e Capes,
possibilitando a liberação de recursos na ordem
de R$ 1,3 milhão nos próximos quatro anos.
Os temas, cuja pesquisa só se tornou viável
com a integração das Universidades, referem-se a
problemas que causam entraves na reprodução de
animais. O trabalho, intitulado Pronex em Virologia
Veterinária, concorreu com 491 projetos de todo o
País, disputando recursos de R$ 50 milhões,
alocados exclusivamente para o programa, sendo decisiva a
análise dos currículos dos pesquisadores. Pela
UFPel, participam aindo do projeto, Antônio Aleixo e
Odir Dellagostin, do Centro de Biotecnologia, e Carlos Willi
van der Laan, da Faculdade de Veterinária.
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