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Diálogo Iberoamericano
Núm. 11-12 / spbre.-diciembre 1997. Pág.
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Una Universidad de propuesta: Stanley Muschett
Lilia Rodríguez De León (Universidad de
Panamá). / Stanley Muschett es, desde hace seis
años, Rector de la Universidad Santa María La
Antigua, una de las universidades panameñas que gozan
de mayor reconocimiento. Es, además, Secretario del
Consejo de Rectores de la República de Panamá y
durante varios meses fue vicepresidente interino de dicho
Consejo. Stanley Muschett ofrece algunas ideas sobre la
realidad de las universidades del país
centroamericano.
- Diálogo Iberoamericano: ¿Cuántas
universidades hay actualmente en Panamá?
¿cuál es su tipología?
Stanley Muschett: Hasta 1988 sólo existían
formalmente en Panamá tres Universidades. En orden
cronológico de aparición, serían la
Universidad de Panamá (que es la Universidad del
Estado), la Universidad Santa María La Antigua y la
Universidad Tecnológica. No obstante, funcionaban
extensiones de Universidades norteamericanas, como Florida
State University, Nova University y Oklahoma University. A
partir del año 1988, surgen otras instituciones, con
las cuales hoy llegamos a ser catorce universidades.
Como en otros países, contamos con universidades
públicas, subsidiadas casi en un cien por ciento. En
ellas la colegiatura o el costo de estudios que paga el
estudiante es, sin duda, el más barato del mundo. Hay,
además, un caso especial de universidad privada, la de
Santa María La Antigua, que tiene la particularidad de
ser la única universidad privada sin fines de lucro.
Como tal, esta Universidad no tiene dueño y no pretende
distribuir ganancias. Más bien, las ganancias se
reinvierten en la institución. El resto de las
Universidades privadas, con fines de lucro, son muy nuevas y
están en proceso de consolidar su identidad, tanto por
el crecimiento de sus carreras como por la
diversificación de los niveles con que trabajan
(pregrado, postgrado).
Problemática y financiamiento de las universidades
panameñas
- D.I.: ¿Cuáles son, a su juicio, los principales
problemas de las universidades panameñas?
S.M.: Primero, la Universidad sigue siendo "remedial". Se
la ve como la instancia en la cual debe corregirse cualquier
vicio del sistema en sus etapas anteriores. Esto causa que se
afecten los niveles de exigencia, de aceptación, etc.,
debido a que las universidades tienen que enfrentar la tarea
de nivelar las deficiencias con las cuales les llega el
estudiante.
En segundo lugar, la Universidad panameña
está huérfana de verdadero apoyo. El hecho de
que el Estado financie a las Universidades estatales no quiere
decir que las apoya. En el caso de las universidades privadas,
el apoyo está ausente o es mínimo. La
Universidad Santa María La Antigua cuenta con un grupo
de benefactores que representan aproximadamente un 5% de sus
ingresos, pero el concepto del apoyo no existe.
Una tercera característica de la generalidad de
las universidades panameñas es que todavía no se
ha logrado conformar lo que Tomás Callejas llama en su
obra "crear un estilo de vida en el universitario". Hasta hoy,
las universidades panameñas actúan tratando de
dar respuestas a la sociedad y no de hacer propuestas. No
marcan derroteros, sino que van a la par de la sociedad o
hasta quedan rezagadas con respecto a ella.
- D.I.: ¿Cómo se desarrolla el proceso de
evaluación de los docentes universitarios?
S. M.: Todas las universidades panameñas tienen
como docentes a los que salieron de las universidades
más antiguas, así que para hablar del docente de
estas otras instituciones, debemos tomar en cuenta que esos
docentes fueron formados por nosotros. Raramente pensamos en
eso.
Todos podemos establecer sistemas de evaluación,
pero hay que ver si los aplicamos. Y aplicarlos no quiere
decir completar un instrumento, sino llegar a su verdadera
aplicación, con los resultados que ello implica. Hasta
donde tengo conocimiento sólo tres universidades
cuentan con un instrumento de evaluación formal.
Una característica muy sui generis de las
universidades panameñas es que su personal docente no
suele contar con segunda y tercera titulación,
léase postgrados, maestrías y doctorados. De
acuerdo a las estadísticas de cada una de las
universidades, no hay ninguna que tenga más de un 35%
de docentes con segunda y tercera titulación. No
obstante, el aumento del número de ofertas de estudios
de postgrado muestra que ya se ha comprendido que ese es el
camino a seguir. El signo de los tiempos indica que las
universidades todas están tomando muy en serio este
asunto de la calidad y que cada una está
diseñando mecanismos a nivel institucional para ir
avanzando.
- D.I.: ¿Cuáles considera usted los principales
retos que enfrentan las universidades panameñas?
S.M: Las universidades, tanto las públicas como
las privadas, nos vemos en la necesidad de buscar una
diversificación de las vías de ingresos
extraordinarios, ya que en cualquiera de los dos casos los
modelos de supervivencia financiera están por agotarse.
Si no se identifican vías alternativas, tanto las
universidades privadas como las oficiales van a sufrir. La
universidad oficial porque no puede (ni en Panamá ni en
ningún otro país) seguir dependiendo del
financiamiento del Estado. Por su parte, la universidad
privada no puede continuar cargando sus gastos al bolsillo de
la matrícula, pues tampoco va a tener capacidad de
respuesta.
Las universidades hemos tomado conciencia de la
importancia de superar la desconfianza mutua que existe entre
los sectores empresariales y los sectores académicos y,
por otro lado, el desconocimiento de parte de cada sector de
las realidades, las necesidades y las capacidades del otro. Es
necesario que se establezca una mejor comunicación
universidad-empresa privada, para que la universidad pueda
vender servicios y "diversificar" sus fuentes de
financiamiento y, por otro lado, para que la empresa tenga
conocimiento de lo que puede hacer la universidad para
respaldarla.
Consejo de Rectores de Panamá
- DI.: ¿Cómo surge el consejo de rectores de las
universidades panameñas? ¿Cuál es su
función actual?
S.M.: La creación del Consejo de Rectores se
venía planteando desde hace muchos años,
quizás desde 1988. La idea era formar un cuerpo
colegiado que permitiera a las Universidades sentarse entre
pares y ventilar asuntos de la educación superior. El
Consejo se crea -finalmente- hace dos años. Su primer
presidente fue el Doctor Gustavo García de Paredes,
actual Rector de la Universidad de Panamá y actualmente
lo preside el Ingeniero Héctor Montemayor, Rector de la
Universidad Tecnológica.
El Consejo está formado por todas las
universidades autorizadas a funcionar como tales, de acuerdo a
las leyes del país. Su intención es colegiar a
las universidades que existen en Panamá, con el
ánimo de poder tratar en común asuntos de la
educación superior, hacer posible el desarrollo de
proyectos compartidos, contribuir a que se eleve la calidad
del personal docente y dar los primeros pasos hacia lo que
pudiera ser posteriormente un sistema nacional de
autoevaluación y acreditación universitaria. El
Consejo de Rectores está comprometido en el
diseño de estos mecanismos de evaluación y yo
creo que estamos en un buen momento para ello.
- D.I: ¿Qué papel cabe a la cooperación
universitaria iberoamericana en el contexto que nos ha
descrito?
S.M.: Uno de los aspectos de la cooperación
internacional y, de manera particular, de la
cooperación iberoamericana, se relaciona con el nivel
de las investigaciones que se lleven a cabo en las
universidades y con las áreas del conocimiento en que
ellas se desenvuelvan.
Hay que resaltar que, en los últimos años,
la cooperación iberoamericana ha alcanzado un lugar
destacado. En el caso de Panamá, se ha constituido,
probablemente, en la principal fuente de espacios de
cooperación, asistencia e intercambio. Programas como
Intercampus y ALFA están demostrando que hay un
crecimiento, pero creo que éste definitivamente va a ir
en proporción directa a la capacidad de
investigación que tengan las instituciones. Las
universidades panameñas han entrado a recorrer esta
avenida y cada una la recorrerá en función del
trabajo que haga.
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