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Diálogo Iberoamericano
Núm. 10 / julio-agosto 1997. Pág. 35
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Los U'wa: protección de la tierra y equilibrio
del Universo
Hace miles de años, el padre
eterno, Sira, y Rairia, la madre celeste, entregaron al
pueblo U'wa el territorio que se extiende a lo largo de la
cordillera de los Andes, desde la Sierra Nevada del Cocuy
en Colombia hasta la Sierra Nevada de Mérida en
Venezuela. Los dioses le encomendaron la protección
de la tierra y el equilibrio del universo.
Alicia Pérez y Mónica Moya (Santa Fe de
Bogotá). / Hoy, aquel mismo pueblo U'wa
guardián del mundo, ve amenazada su existencia y la
pervivencia de su cultura y sus tradiciones. Cerca de cinco mil
indígenas U'wa, de los más de seis mil que
aún existen en Colombia, se enfrentan a una licencia
ambiental concedida por el gobierno que autoriza a la
Compañía Occidental de Colombia, OXY, filial de la
multinacional norteamericana Occidental Petroleum Corporation a
realizar explotaciones petroleras en sus territorios sagrados,
localizados en los departamentos de Boyacá, Santander y
Norte de Santander, en el llamado bloque Samoré.
Para los U'was, como para los más de 600.000
indígenas en Colombia, la tierra es la base de un modelo
de desarrollo diferente al del riowa, el hombre blanco. Es un
modelo, según palabras del senador Lorenzo "tan
válido como el occidental, que no necesita moneda papel
ni supermercado, que se basa en la chagra, la tierra que el
indígena cuida y trabaja día y noche para vivir".
Pero además, para el U'wa, el petróleo tiene un
significado especial, el ruiria (petróleo) es la sangre
de la tierra, un recurso vivo "el padre eterno, Sira, lo
dejó debajo de lagunas, cerros y valles para
mantenernos, y su explotación en el corazón del
mundo provocaría el derrumbe de nuestra cultura, la muerte
del Uþwa".
Sólo desde estas palabras puede entenderse que la
comunidad U'wa hace unos meses amenazara con un suicidio
colectivo, si la compañía petrolera entraba
definitivamente en sus territorios, pero la lucha de este pueblo
es por la vida, y así lo han demostrado al acudir a todas
las vías legales posibles para defender lo que les fue
concedido hace siglos, "A pesar de que tenemos nuestra propia
ley, estamos dispuestos a caminar todos los senderos del hombre
blanco en busca de una solución, agotando todos los medios
necesarios hasta que nos entiendan, luchando por nuestra madre
tierra...." dice Roberto Cobaría, cabildo mayor U'wa.
En agosto de 1995 la Defensoría del Pueblo, en nombre
de la comunidad indígena interpuso una acción de
tutela contra el Ministerio de medioambiente y la
compañía occidental, así como una solicitud
de nulidad para la licencia por considerar que en su
concesión se habrían dado determinadas
irregularidades en contra de la legislación
indígena que existe en Colombia amparada en la
Constitución de 1991.
La pugna petrolera ha desembocado en una situación
que no se había dado antes en el país: el
enfrentamiento entre los fallos de la Corte Constitucional y el
Consejo de Estado, a favor y en contra de la causa U'wa
respectivamente. Mientras se conoce que decisión
prevalecerá, han comenzado ya las interpelaciones a las
cortes internacionales, y la movilización de la
población civil que no han cesado de gritarle al mundo que
las comunidades indígenas son parte del alma de la
nación colombiana.
Solidaridad universitaria
En los dos años que dura ya la lucha de este pueblo
indio de la familia lingüística chibcha por mantener
intacta la tierra que les da la vida, el pueblo U'wa no ha
caminado solo. Muchos colombianos reivindican con los
indígenas la necesidad de respetar una cultura que forma
parte de un país fundamentalmente multiétnico.
Entre ellos, los universitarios tienen un papel protagonista. El
inconformismo que ha caracterizado siempre a los estudiantes
superiores ha hecho que una vez más la Universidad se
transforme en foro de debate, y que el problema u'wa haya sido
difundido y defendido desde sus aulas.
El comité "Colombia es U'wa", creado este año
para organizar la defensa de este pueblo asentado en el bloque
Samoré, integra además de un amplio abanico de
asociaciones medioambientalistas y sociales, a representantes de
las universidades Nacional, Javeriana, Ditristal, Del Rosario,
de los Andes, Tadeo Lozano e Inca de Bogotá, y coordina
desde la capital colombiana a otras muchas universidades del
resto del país, e incluso del exterior. Pintadas como "Los
territorios sagrados ni se compran ni se venden" o
"Petróleo gringo sangre U'wa" llenan las paredes de las
instituciones universitarias y recuerdan silenciosamente las
consigas que inundaron las calles en las manifestaciones del
pasado mes de abril declarado "Abril U`wa", así como las
que se oyeron el 22 de Mayo jornada por la vida U'wa en todo el
territorio nacional.
En cualquier caso la lucha no ha hecho más que
empezar. A pesar de la férrea posición de los U'was
de no permitir la explotación de sus territorios y contar
para ello con el apoyo de un amplio sector de la sociedad
colombiana, ya se han sucedido las reuniones entre el portavoz
del cabildo indígena, Roberto Cobaría, y el
presidente de la multinacional Norteamericana en busca de una
solución. Roberto lleva casi dos meses viajando por todo
el país, explicándole al hombre blanco el
porqué es tan importante preservar las más de
70.000 hectáreas que conforman su territorio actual. Las
autoridades tradicionales, los Kasikes y los Weriavas se
comunican con él y le inspiran en sus palabras. Cuando
vuelva a su casa tendrá que someterse a largas semanas de
ayuno ya que después de todo este tiempo de contacto con
el hombre blanco y su sistema de producción, se encuentra
seriamente contaminado, según rezan sus creencias. A pesar
de esta particular cosmogonía, el pueblo U'wa ha cedido
a romper con el aislamiento que han mantenido hasta ahora, y
aconsejado por sus dioses que hablan por boca de los Kasikes y
los Weriavas, han permitido que una comisión de asesores
jurídicos primero y una representación de los
Ministerios implicados, Minas, Medioambiente e Interior, ahora,
viajen hasta Cubará donde tienen ubicada la oficina del
Cabildo. Allí continuarán las reuniones para llegar
a una solución que no ratifique la que ha sido hasta ahora
la historia de la explotación petrolera en Colombia.
De las 82 comunidades indígenas que se ubican en todo
el territorio colombiano, son muchas las que ya han sufrido la
amenaza de ver saqueados sus territorios sagrados por alguna
compañía petrolera. Algunos pueblos llegaron a
extinguirse en la lucha del oro negro, así ocurrió
con los Yaeiguies de la región del Carare-Opón,
extintos en manos de la Tropical Oil o con los Barí del
Catatumbo o los Nukak del Guaviare, al borde del etnocidio a
causa de las enfermedades que les transmitieron los trabajadores
...
Es, por tanto, esta ocasión, una nueva oportunidad
para el gobierno de darle prioridad a la vida de todo un pueblo
frente a unos intereses económicos determinados. "Se trata
-según palabras de José Novoa, de la
asociación ecologista Bacatá- de que no se repitan
episodios como el de la presa de Urrá", ejemplo de
desastre medioambiental autorizado por el ejecutivo en el
río Sinú y que afectó gravemente a las
comunidades de emberakatives del lugar, quienes perdieron sus
fuentes de alimento, el río y la tierra.
Con la esperanza puesta en la pervivencia de su pueblo y de
toda su cultura, los Uwas continúan la lucha que
comenzaran hace ya dos largos años. Su sueño es el
de recuperar algún día las casi 300.000
hectáreas que conforman el "Kerá Chicará",
el territorio ancestral que les fuera entregado por Sira.
Mientras tanto los Uþwas, que en la lengua indígena
significa gente inteligente que sabe hablar sigue
diciéndole al mundo que no permitirá la
destrucción de la tierra que es su vida. "No aceptamos la
exploración ni la explotación de los recursos
naturales dentro de nuestro territorio de la manera en que el
blanco, riowa, lo hace. No aceptamos que una petrolera, sea cual
sea su nombre, entre a nuestro territorio sagrado. Nuestro dios,
Sira, nos entregó el corazón del mundo donde
habitan blancos, negros e indígenas. Es nuestro deber
mantener la armonía de este mundo de azul y no podemos
negociar con ello...".
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