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Diálogo Iberoamericano
Núm. 10 / julio-agosto 1997. Pág. 28
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Migración indígena. Destino: la
ciudad
La comunidad inga es una de las más representativas
de Colombia; descendiente de los antiguos incas peruanos,
se establecieron en el territorio colombiano, hacia los
años 1500 o 1520, antes de la llegada de los
españoles. Podemos verlos en las grandes ciudades
luchando por mantener vivas sus tradiciones a pesar de la
influencia de su nuevo lugar de vivienda.
Antropólogos de la Universidad del Valle han
estudiado la evolución de las costumbres de este
pueblo tras su paulatina emigración hacia las
grandes ciudades.
AUPEC (Universidad del Valle, Colombia). / Pueden
verse por las calles de las principales ciudades colombianas
vendiendo amuletos para la buena suerte, contras para el "mal de
ojo", hierbas medicinales, riegos para conseguir trabajo o
pócimas para mantener al ser amado, razón por la
cual ostentan fama de curanderos, no sólo del alma sino
también del cuerpo. Son los inga.
Esta comunidad indígena es descendiente de los
antiguos incas peruanos. Su presencia en el territorio colombiano
data desde poco antes de la llegada de los conquistadores
españoles. Su asentamiento en la región del Alto
Putumayo se puede ubicar entre el 1500 y 1520 después de
Cristo. Después de los paeces y los guajiros, son la
tercera etnia indígena más grande del país.
Su sitio de residencia permanente es el municipio de Santiago,
en el departamento de Putumayo, pero hoy en día sus casi
12.000 miembros están dispersos por todo el país.
En el suroccidente colombiano los podemos encontrar en las
ciudades de Pasto, Popayán, Cali, Palmira, Buga,
Tulúa y Buenaventura.
Investigación sobre los ingas
A pesar de ser una cultura tan representativa en el
país, es muy poco lo que se sabe con respecto a ella. Por
esta razón el antropólogo Rubén Darío
Guevara Corral, magister en salud pública y profesor
titular del Departamento de Historia de la Universidad del Valle
realizó una investigación con mujeres de la etnia
inga residentes en esta región del país. El estudio
se basó fundamentalmente en la mujer, debido a que la
cultura del grupo gira en torno a ella, siendo la encargada de
trasmitir las costumbres de la etnia a sus hijos. Precisamente
la reproducción es un papel primordial para la mujer, pues
su feminidad, su razón de ser mujer reside en la
maternidad; mientras más hijos tenga, más mujer es.
En los últimos 40 años, la comunidad inga ha
abandonado su territorio y se ha establecido en las grandes
ciudades, en busca de otras condiciones de vida para ellos y su
familia; en Cali se han establecido 27 familias, principalmente
en las zonas más deprimidas. Este choque de costumbres,
ha traído, según el antropólogo Guevara,
importantes cambios para la cultura inga. Por ejemplo, se
presenta un alto porcentaje de analfabetismo entre niños
y jóvenes, cosa que no ocurría mientras la
comunidad vivía en el Putumayo. Quienes llegaron
directamente de esta región saben leer y escribir, y la
mayoría cuenta con educación primaria completa,
pero sus hijos no corren la misma suerte.
Las reglas del juego han cambiado y los niños deben
ingresar en el mundo laboral desde muy temprana edad, por eso es
muy común ver menores de 5 años en los puestos de
ventas ambulantes junto a sus padres. Por su parte, las
niñas son más útiles en sus casas, ayudando
a su mamá en los oficios domésticos. Debido a estas
razones, la educación ha pasado a un segundo plano.
Cambio de rol de la mujer inga
Otro aspecto que ha cambiado es el de la relación de
pareja. Comúnmente, antes de los 17 años la mujer
inga ya ha definido esta situación a través de un
matrimonio católico, reconocido y aceptado por toda la
sociedad, con un miembro de su misma raza.
En la ciudad, las jovencitas no siguen la misma tradición
de su madre o sus hermanas mayores, pues se unen a su pareja en
una relación de hecho, ya sea con un "paisano" (miembro
de su misma etnia), o con un "particular", es decir alguien ajeno
a ella. En el primer caso la comunidad lo acepta a
regañadientes; pero si pasa lo segundo hay un rechazo
total.
De acuerdo con el investigador, el hecho de que la joven
inga busque pareja en otra etnia se debe a que en esta comunidad
el hombre maltrata a la mujer y la resignación de ella es
total; sin embargo, aquellas que nacen en la ciudad no aceptan
esa conducta. Las mujeres nacidas y criadas en la ciudad se han
insertado en la economía de trabajo, no como mano de obra,
sino dedicadas al mercado, compitiendo con el hombre en este
campo. Poco a poco han ganado este espacio, contribuyen
económicamente al sustento de su familia y ya no son tan
dependientes de sus maridos. También han logrado un
reconocimiento, pues muchas mujeres de la ciudad acuden a ellas
para que les ayude a resolver sus problemas de salud,
económicos y hasta sentimentales, gracias a su
conocimiento ancestral.
Los resultados completos de la investigación
realizada por el antropólogo Guevara Corral serán
publicados en el libro "La mujer Inga: Proyección
histórica, genérica y de identidad cultural",
financiado por Colciencias y la Fundación para la
Investigación y la Cultura, FICA, de Bogotá.
Luz se incorpora al estudio de la problemática
del agua
El Centro de investigación del Agua de la
Universidad de Zulia (Venezuela) cuenta con nueve lagunas
experimentales, donde los investigadores evalúan el
efecto de las aguas que traen nutrientes sobre los
cultivos. La directora del centro, Carmen Cárdenas,
planteó la posibilidad de emplear el agua
reutilizada para fines de riego, en las zonas de la ciudad
universitaria, como respuesta a los problemas de
racionamiento del líquido.
Wilmer Luzardo (Universidad del Zulia). / La
situación del agua en Maracaibo (estado Zulia-Venezuela)
sigue sin remediarse. Para muchos sectores el problema cotidiano
de la escasez del necesario líquido se prolonga, sin
encontrar respuestas ni oídos receptivos. Desde el Centro
de Investigación del Agua, CIA, de la Universidad del
Zulia, se estudia el recurso agua y se investiga acerca de los
sistemas de tratamiento para agua potable, doméstica e
industrial. La directora del CIA, Carmen Cárdenas, explica
que además de fortalecer la docencia en pregrado y
postgrado, en el campo del saneamiento ambiental, el centro
realiza actividades de extensión, coordina y colabora en
proyectos de investigación y trabajos que realiza los
laboratorios de la Facultad de Ingeniería, que
estén afiliados a sus líneas de
investigación. El centro también colabora con otras
facultades o centros de investigación de la
institución, e igualmente de otras universidades.
Aprovechando las aguas residuales
Resalta Cárdenas que entre los principales proyectos
a iniciarse este año, está el que se
realizará con la Facultad de Agronomía y el
Instituto de Conservación del Lago de Maracaibo, en la
utilización de las aguas residuales para cultivos
frutales.
Con la utilización de las aguas tratadas o residuales
se puede evitar el uso irracional del agua potable para los
cultivos. "Por esta razón, se evalúa el crecimiento
que permiten estas aguas que traen nutrientes. Además, se
espera determinar qué tipo de riego es el más
adecuado, como también las características
físico-químicas de esos suelos". Cárdenas
plantea la necesidad de emplear el agua reutilizada para fines
de riego, en las zonas de la ciudad universitaria, como respuesta
a los problemas de racionamiento del líquido.
Otro de los proyectos que se desarrollan este año por
el centro es la Agenda de Salud del Conicit, a través de
Fundacite, la cual consiste en la evaluación de los
sistemas de tratamientos de aguas servidas en el medio rural del
Zulia.
El Centro de Investigación del Agua inició sus
actividades en 1992, por inquietud de un grupo de investigadores
de la Universidad de Zulia, con la inauguración de las
Lagunas de Estabilización.
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