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Diálogo Iberoamericano

Núm. 10 / julio-agosto 1997. Pág. 26

Hospital de Clínicas de Buenos Aires

En números pasados Diálogo Iberoamericano se ha hablado de los tres nobel argentinos en medicina. Hacemos aquí ahora una referencia del centro hospitalario en el que se formaron y realizaron buena parte de sus actividades docentes e investigadores los nobel Houssay, Leloir y Milstein, así como otros muchos investigadores argentinos y de otros países latinoamericanos.

Juan Carlos Tissoni (UBA). / El Hospital de Clínicas "José de San Martín", dependiente de la UBA, consolidó sus servicios a partir de 1880 en un predio reducido en dimensiones físicas, en la actual plaza Bernardo Houssay. A partir de entonces, el hospital-escuela, con el aporte profesional y el sostenimiento económico dispuesto por la UBA, fue ampliando trascendencia en servicios hacia la comunidad, para constituirse en un centro de docencia e investigaciones.
Entre aquella fecha fundacional y 1970, transcurrieron 90 años en los que supo consolidar aquella premisa de servicios y docencia, hasta que un nuevo edificio inaugurado ese año, le permitió embarcarse en grandes proyectos. En una manzana de espacio físico con 17 plantas y 130.000 metros cuadrados, no sólo desarrolla una actividad protagonista en los requerimientos cotidianos, sino también en emergencias como la que tuvo que afrontar en 1994 cuando fue destruida la AMIA tras una explosión, hecho que obligó a servicios y profesionales a brindar una prueba eficiente de cómo deben superarse situaciones dramáticas.

Docencia, investigación
El Hospital de Clínicas porteño ha sido la fragua donde las grandes figuras de la medicina argentina prestaron servicios y donde se constituyeron en profesores de varias generaciones, alcanzando prestigio internacional. Dentro de una lista muy extensa, los nombres de los doctores - profesores Pirovano, Posadas, Ayerza, Guemes, Castex, Escudero, Arce, Finocchietto, Lagleyse, Bastarrica, Ahumada, Houssay, Leloir, José Ingenieros, Juan B. Justo, Herrera Vega, Araoz Alfaro, Padilla, Werhicke, Brea, Santas, Stafieri, Arrillaga y Baliñas, establecieron un sello de prestigio para la medicina argentina que permitió su gloriosa historia.
Como Hospital Universitario cumple la función fundamental de la docencia médica en pre y postgrado, con cursos que otorgan títulos oficiales en las especialidades y donde tienen 17 cátedras de la Facultad de Medicina, más 3 cátedras de la Facultad de Farmacia y Bioquímica.
Toda esa trascendencia permite trabajar a unos 4.000 alumnos. En 60 aulas pueden recibir clase simultáneamente hasta 2.800, 270 médicos becarios extranjeros, en su mayoría de países latinoamericanos y 350 médicos residentes elegidos por concurso, completan su formación postgrado.
Por su carácter docente y universitario, el Hospital de Clínicas tiene por función el dictado de las normas y los criterios médicos; es decir: es la institución que orienta el pensamiento médico con sentido académico. Unos 70 ateneos semanales dan cuenta de la intensa actividad científica, así como la gran cantidad de publicaciones, libros y congresos internacionales, que cada año distinguen al Hospital. Entre estos eventos, destaca el Congreso Internacional de Medicina Interna que se celebra cada dos años.
El Hospital de Clínicas, entroncado en las glorias del pasado y con un presente pleno de creatividad y excelencia, ha merecido la obtención de premios de la Medicina Argentina gracias a profesionales que han permitido mejorar el aspecto físico de los pacientes, con el reconocimiento que incluye a la Universidad de Buenos Aires como artífice de su normal funcionamiento.


Entrega de los Premios Internacionales "Amelia Earhart" a dos ingenieros aeronáuticos tituladas por la U.P.M.

Victoria Ferreiro (Universidad Politécnica de Madrid). Dos ingenieros aeronáuticos tituladas por la Universidad Politécnica de Madrid, Isabel Pérez Grande e Irene Fernández, han sido galardonadas con los prestigiosos premios "Amelia Earhart", en la edición de 1996, que concede la Fundación Internacional "Zonta" a las mujeres europeas investigadoras en el área aeroespacial.
En 1938 se fundó en Chicago el galardón que concede anualmente la Fundación Internacional "Zonta" en honor de la famosa piloto Amelia Earhart, con la finalidad de apoyar y fomentar la investigación aeronáutica y espacial entre las mujeres. Desde entonces, esta Fundación ha distinguido a cerca de 300 mujeres científicas procedentes de una docena de países, que han investigado en los campos de la Aeronáutica, Medicina Espacial o en el comportamiento psicológico en el espacio.
Solamente cuarenta investigadoras obtuvieron en 1996 este premio, tras ser seleccionadas entre cerca de trescientas candidatas procedentes de más de 50 países.
Todavía en su etapa estudiantil, Isabel Pérez Grande, una de las españolas galardonadas con este premio, comenzó a colaborar en el desarrollo del microsatélite UPM/Sat 1, diseñado y construido en la U.P.M., tras obtener el título de Ingeniero Aeronáutico en septiembre de 1993. En este proyecto continuó como responsable del diseño del control térmico y participó en su lanzamiento formando parte del equipo encargado de preparar el satélite en la base espacial en la Guayana Francesa, de la Agencia Europea del Espacio y de su integración en la plataforma del Ariane IV.
Irene Fernández, desarrolló su proyecto sobre el "Diseño del subsistema de Control de Actitud del UPM/Sat 2", más conocido por M.A.T.I.A.S., que servirá para mediciones de la atmósfera, telecomunicaciones, ingeniería y aplicaciones de los satélites. También ha participado en el proyecto europeo de la "Vela Solar" y, en los vuelos parabólicos organizados por la Agencia Europea del Espacio para experimentar, en los aviones Caravelle, los movimientos de un péndulo en el espacio.


Un experimento de la U.P.M. a bordo del Mininisat 01

La Universidad Politécnica de Madrid participó en el lanzamiento del Minisat 01, con el experimento CLPM (Comportamiento de Puentes Líquidos en Microgravedad) para estudiar la conducta de fluidos en condiciones de gravedad reducida y que va a bordo del mismo como carga útil. El experimento ha sido desarrollado por un equipo de investigadores del Laboratorio de Aerodinámica de la E.T.S.I. Aeronáuticos que cuenta con amplia experiencia en este campo, habiendo participado en la realización de un elevado número de experimentos sobre el comportamiento de líquidos en condiciones de gravedad reducida, tanto en vuelo (misiones del Spacelab, cohetes de sondeo TEXUS, vuelos de aviones KC-135, torres de caída libre), como en tierra (simulación de Plateau y puentes milimétricos).
El objetivo principal de este experimento es reunir datos acerca del comportamiento de un puente líquido en condiciones de gravedad reducido a microgravedad, llamándose un puente líquido a la configuración adoptada por una masa fluida mantenida por fuerzas de tensión superficial entre dos soportes sólidos, que en este caso son dos discos circulares coaxiales y paralelos, y rodeada por una atmósfera inerte. El experimento estudia las deformaciones del puente líquido debidas a la aceleración residual sobre la plataforma y ante las perturbaciones introducidas voluntaria o involuntariamente sobre la misma. Para ello se añaden al puente líquido una unidad de acelerómetros que proporcionarán una señal de referencia.
Durante cada realización del experimento, que dura unos ocho minutos además del tiempo de calentamiento, se tomarán los datos de las deformaciones y de las aceleraciones existentes. Durante cada realización del experimento se tomarán los datos de las deformaciones y de las aceleraciones existentes. Después de realizar las operaciones de ensayos de calificación, aceptación para vuelo y transporte, así como su integración en el lanzador, chequeos conjuntos con el Minisatélite, espera, cuenta atrás y lanzamiento, el experimento será la última operación y se realizará periódicamente (cada dos meses) durante la vida del satélite.


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