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Diálogo Iberoamericano

Núm. 9 / mayo-junio 1997. Pág. 29

El mojo, una alternativa alimentaria

El Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de La Habana, Cuba, trabajan con el mojo o güáimaro, árbol con potencial proteico.

Erick Betanzos N. (UNAM). / El abasto alimentario es un problema cada vez más preocupante en el mundo. Uno de los grandes retos para la ciencia es encontrar fuentes alimenticias alternativas, capaces de satisfacer a un bajo costo los requerimientos proteícos que el cuerpo humano necesita.
Algunas proteínas pueden obtenerse de los vegetales. Este es el caso del "mojo", árbol de entre 30 y 40 metros de altura, endémico de México y El Caribe, sobre el cual realizan investigaciones especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad de la Habana.
De este árbol, denominado popularmente "guáimaro" en Cuba y "capomo, ojite, ramón o mojo" en México, nace un pequeño fruto, cuyas semillas son tostadas y molidas para preparar café. Hasta hace 50 años aproximadamente, esta especie constituía un importante recurso en los estados mexicanos de Yucatán, Campeche, Tabasco y Veracruz, donde sus hojas y tallos eran empleados a manera de forraje, principalmente.
Se ha comprobado que el follaje del mojo tiene propiedades "galactosémicas", es decir, incrementa la producción de leche en rumiantes como la vaca. En cuanto a consumo humano, los frutos y semillas se utilizan en localidades de la Península de Yucatán para elaborar sopas y atoles. Existe la creencia popular de que el consumo de éstos últimos ayuda a las parturientas en la producción de leche materna, lo cual podría resultar cierto.
De acuerdo con estudios realizados hace más de dos décadas, el "guáimaro" tiene un alto contenido de proteínas. Es por esto que dentro del proyecto: "Plantas mesoamericanas promisorias para la alimentación en ambientes secos de México y Cuba", en el cual colaboran desde hace más de 20 años la UNAM y la Universidad de la Habana, se abrió una línea de investigación dedicada a su estudio.
En un pasado no muy remoto, supone la Dra. Teresa Reyna Trujillo, responsable de este proyecto por parte del Instituto de Geografía de la UNAM, existían extensos bosques de "mojo" en México, particularmente en el norte de Sinaloa, gran parte de la costa del Pacífico, Tampico, Colima, Chiapas, Quintana Roo Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán. En la actualidad, su circunscripción geográfica es limitada, debido quizás a su sobreexplotación con fines madereros.
En un primer momento los trabajos pretenden conocer la distribución de este recurso en México y la isla del caribe, así como determinar el ambiente y tipo de suelo en los cuales se desarrolla. El objetivo es ubicar sitios con condiciones propicias para su plantación.
La tarea no es fácil. Los investigadores han observado que el "mojo" crece en ambientes disímiles, desde muy húmedos, hasta semiáridos. Quizás, por ello, represente una esperanza para reforestar suelos con lluvias escasas, como los suelos "karstícos" de Cuba, donde resulta extremadamente difícil que prosperen especies vegetales, pero subsisten árboles de mojo de 90 años de edad.
En el proyecto, se considera la posibilidad de trabajar genéticamente esta especie para desarrollar variedades cultivables en lugares con determinadas características geográficas.
Los trabajos sobre el "mojo" iniciaron en agosto del año pasado. En el colaborán, además, investigadores del Instituto de Química de la Universidad Nacional, quienes analizan los compuestos presenten en su follaje y frutos. Asimismo, en el área de biología de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, se estudian las características de su madera, la que podría constituir un importante recurso.


Investigadores desarrollan modelo para eliminar azufre en combustibles

La inversión en nuevas tecnologías para la industria petrolera será enorme en los próximos años. Las expectativas son prometedoras para las investigaciones que encajan en el amplio espacio que la Agenda Venezuela reserva al petróleo. De hecho, existe un programa, la Agenda del Petróleo, que patrocinan el Conicit, Pdvsa y el sector privado con el fin de aliar esfuerzos y financiamiento para impulsar la investigación petrolera nacional de los próximos 30 años.

Liliana Mata-Díaz (Universidad del Zulia).. / Venezuela está obligada a invertir en tecnologías que permitan eliminar el azufre en los combustibles que comercializa internacionalmente. Nadie ha desarrollado ese tipo de tecnología que permitiría, en el largo plazo, aumentar la cuota venezolana de combustibles en el mercado mundial.
La gasolina venezolana no es aceptada totalmente en Estados Unidos y en otros países, por sus altos contenidos de azufre. Por ejemplo, en California, la ley ambiental limita el uso de combustibles con determinada cantidad de azufre. Por este mismo problema, Estados Unidos vetó a la gasolina venezolana hace varios años. La pugna se ventiló internacionalmente y Venezuela logró que se aceptara la venta de sus combustibles en el mercado norteamericano.
Pero la justa no ha terminado. "En dos o tres años Venezuela tiene que resolver el problema del azufre para cumplir con los estrictos controles ambientales, que exigen una gasolina más limpia", advierte el doctor Humberto Soscún Machado, investigador adscrito al Departamento de Química (Laboratorio de Química Inorgánico) de la Facultad Experimental de Ciencias, quien trabaja en un proyecto que pretende, mediante un modelo de zeolita, eliminar contenidos de azufre en combustibles venezolanos.
El proyecto consiste en estudiar estructura-modelos de zeolita como catalizadores y medir la interacción de esas estructuras con componentes de azufre. Las zeolitas son materiales frecuentemente utilizados en la industria petrolera y el proyecto se limita al desarrollo de un modelo computacional, altamente sofisticado, para estudiar estos materiales.
El proyecto se desarrollará en dos años y medio. "Luego que se demuestre que los modelos de zeolitas son factibles para la reducción de azufre, se realizarán pruebas preliminares en el Laboratorio de Química Inorgánico para determinar hasta dónde el proyecto es rentable a nivel industrial", aclara Soscún.
En la Facultad Experimenta¡ de Ciencias de la Universidad del Zulia (LUZ) se están estudiando modelos computarizados desde hace casi 20 años, aunque nunca se logró que LUZ adquiriera equipos para desarrollar esos modelos.
La Agenda del Petróleo establece que cerca de 40% de la investigación fundamental en esa área tiene que involucrar al diseño computarizado. "La inversión en equipos y materiales es tan descomunal que necesariamente hay que levantar un estudio en computadoras sobre el problema y luego, de acuerdo con los resultados a escala, seleccionar la alternativa con aplicaciones en el laboratorio y en la industria", explica Soscún.
El proyecto se maneja en forma multidisciplinaria, con participación de distintas instituciones y países: Universidad de Nancy (Francia), Universidad de Manchester (Reino Unido) y Universidad Central y de los Andes, de Venezuela. De manera que el proyecto no se limitará a reducir niveles de azufre en combustibles, sino que generará directamente formación de personal que se incorpora al proyecto. "Se han integrado investigadores recién graduados y un conjunto de estudiantes asociados que no sólo realizarán investigaciones científicas en el campo de la química, sino que desarrollarán programas de computación", informó Soscún.


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