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* Cuadragésimo quinta reunión de la Conferencia Internacional de Educación
* Declaración de la cuadragésimo quinta reunión de la Conferencia Internacional de Educación

Cuadragésimo quinta reunión de la Conferencia Internacional de Educación

La sesión cuarenta y cinco de la Conferencia Internacional de Educación se celebró el pasado mes de octubre en Ginebra. A pesar del tiempo ya transcurrido, hemos creído oportuno reproducir el documento final emanado de la reunión (Declaración de los Ministros de Educación) y un artículo del Director de la Oficina Internacional de Educación (UNESCO), Juan Carlos Tedesco (contenidos en el boletín "Innovación", de la OIE).
Da idea de la importaciá de la Conferencia la asistencia a la misma de representantes de los 135 estados miembros de la UNESCO, dos estados asociados, cinco estados no miembros, Palestina y cincuenta y dos instituciones del Sistema de las Naciones Unidas, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. Entre las delegaciones, estuvieron presentes sesenta y dos ministros y veinte y cuatro viceministros de educación de otros tantos países.

Juan Carlos Tedesco (Director de la OIE)Los resultados de la cuadragésimo quinta reunión de la Conferencia Internacional de Educación (CIE), realizada en Ginebra del 30 de septiembre al 5 de octubre de 1996, nos ha entregado un nuevo instrumento de acuerdo internacional para dirigir las estrategias de acción relativas al reforzamiento del rol de los docentes en el proceso de cambio educacional. Este instrumento consta de dos partes: una Declaración, aprobada por aclamación por todas las delegaciones participantes en la Conferencia que expresa la voluntad política de los Ministros de Educación por relevar y ejecutar efectivas estrategias de acción, asociadas éstas con nueve recomendaciones que cubren las actividades y problemas que tales estrategias deben abordar.
Este nuevo instrumento se basa al menos en tres principios fundamentales. El primero es que hoy, más que nunca antes, los cambios educacionales deben tener lugar principalmente en la escuela y en el aula. Esto significa que los profesores son los actores claves en el proceso de cambio. La aceptación de este rol por los profesores significa que deberemos abandonar algunas de las tradicionales actitudes hacia ellos: aquella de los dientes para afuera sobre su importancia sin, no obstante, intentar ninguna medida concreta por mejorar sus actuales condiciones de trabajo, capacitación o desarrollo personal; la que considera a los profesores ya sea como víctimas del sistema o culpables por sus mediocres resultados; y, finalmente, la actitud que subestima la importancia de los profesores comparados con otros elementos del proceso educativo. La discusión durante la CIE y los materiales producidos muestran, en breve, que no es posible movilizar a los profesores simplemente con recompensas Simbólicas, recurriendo a acusaciones mutuas y finalmente, desconsiderando la importancia de su rol en el proceso de aprendizaje. Los profundos cambios que está experimentando la sociedad significan que debemos revisar estas actitudes y todo parece indicar que la discusión, lejos de finalizar, es probable que adopte un carácter más intenso y extenso que en el pasado.
El segundo principio es el reconocimiento de la necesidad de diseñar políticas integrales para los docentes que reemplacen a los enfoques graduales basados en la idea que es posible cambiar la situación abordando cada vez un aspecto del problema. En las décadas recientes y como estrategia para combatir el deterioro de las condiciones de trabajo y el prestigio de la profesión, hubo una legítima tendencia a orientar la discusión sobre el rol de los profesores hacia sus condiciones materiales. Este enfoque incompleto ha demostrado sus limitaciones y, en la actualidad, hay creciente consenso en reconocer la necesidad de enfrentar el problema desde sus diferentes aspectos. Sin embargo, como se ha señalado a menudo en relación con un enfoque sistémico a las estrategias educacionales, aceptar la necesidad de enfrentar todos los aspectos del problema no significa que sea posible o aconsejable intentar resolverlos todos de una vez. El enfoque sistémico debe entenderse como la necesidad de definir una secuencia de etapas que señalen cuándo y cómo se enfocará cada aspecto del problema. La gran variedad de situaciones presentes hoy en día en nuestras sociedades sugiere que es imposible definir un enfoque de amplia aplicabilidad. Las estrategias deben adaptarse a las situaciones locales y es en este nivel donde deberían encontrar su forma final.
El tercer principio que orientó a los documentos aprobados por la CIE, consistió en desterrar la idea de los profesores como seres aislados, y comenzar a considerarlos como profesionales que trabajarán juntos en una institución como miembros de un equipo. La naturaleza institucional y colectiva de las actividades profesionales de los profesores tiene enormes repercusiones tanto en su formación cómo sobre las políticas hacia su profesionalización.
Los resultados del CIE, junto con las muchas actividades asociadas con su preparación, representan sin duda un importante incentivo para avanzar a un debate abierto sobre estas nuevas perspectivas.


Declaración de la cuadragésimo quinta reunión de la Conferencia Internacional de Educación

Nosotros, los Ministros de Educación, reunidos durante 45 reunión de la Conferencia Internacional de Educación:
.preocupados por la necesidad de desarrollar el entendimiento y nuevas formas -más eficaces y justas- de solidaridad entre los individuos, los pueblos y las generaciones,
.teniendo en cuenta los profundos cambios sociales, económicos, políticos y culturales que experimentan nuestras sociedades, y la extremada precariedad de la situación que impera en muchos países en materia de pobreza, salud y nutrición, lo cual exige de modo apremiante el desarrollo, adaptación y transformación de los sistemas educativos,
.reconociendo la importancia de la contribución que los docentes brindan a la renovación educativa a través de sus ideas, sus métodos y sus prácticas,
.convencidos de que el docente es un actor indiscutido de la transformación educativa, la cual debe efectuarse tanto en la escuela y las aulas a todos los niveles, en todos los tipos de enseñanza y por todos los medios de instrucción, como en el conjunto del sistema educativo,
.conscientes de que la aceleración de los cambios requiere que los docentes sean capaces de ayudar y orientar a los alumnos no sólo en la adquisición de conocimientos, sino también para que sean conscientes de su identidad y tolerantes, abiertos a los otros y a las otras culturas, capaces de construir su aprendizaje a lo largo de toda la vida de modo que puedan enfrentar el porvenir con confianza,
.conscientes de que el auge de las nuevas tecnologías ha de modificar las condiciones en que los docentes ejercen su oficio y la índole de las relaciones entre los docentes y sus alumnos,
.tomando nota de las disposiciones de los convenios internacionales existentes que se aplican a los docentes, y en particular de los instrumentos relativos a los derechos humanos fundamentales, como el Convenio sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación (1948), el Convenio sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva (1949), el Convenio sobre igualdad de remuneración (1951), adoptados por la Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo, y la Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza (1960), aprobada por la Conferencia General de la organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura,
.recordando la Recomendación OIT-UNESCO de 1966 relativa a la situación del personal docente y los informes del Comité Mixto OIT-UNESCO de expertos sobre su aplicación, la Recomendación n§ 69, aprobada en 1975 por la 35¦ reunión de la Conferencia Internacional de Educación, sobre la evolución del papel del personal docente y las consecuencias de esa evolución sobre la formación profesional inicial y en el servicio, así como la Declaración de la 443 reunión de la CIE (1994), en la que se pide que se dé un carácter prioritario a la formación del personal de educación centrándola en particular en la ética profesional, la educación cívica y moral, la diversidad cultural, los códigos nacionales y las normas internacionalmente reconocidas en materia de derechos humanos y de libertad fundamentales",
Nos declaramos decididos a:
NOTA: Los documentos de la Conferencia están disponibles gratuitamente en la Oficina Internacional de Educación, C.P. 199, 1211 Ginebra 20, Suiza (especificar el idioma).


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