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Influencia de la plástica
catalana en México

En el marco de las Jornadas Culturales Catalanas, realizadas dentro de los convenios Universidad Nacional Autónoma de México-Generalidad de Cataluña y Universidad de Lérida, la Dra. Montserrat Galí (investigadora y catedrática de la Universidad Autónoma de Puebla) dictó la conferencia "Pintores catalanes en México", en la que hizo un profundo estudio sobre la influencia de la plástica catalana en México, desde mediados del siglo pasado hasta nuestros días, así como del paso por Barcelona de pintores mexicanos.
Erick Betanzos N. UNAM. / En una carta que enviara el escultor catalán Manuel Vilar a su hermano en España, comentaba estar satisfecho de las más recientes esculturas que había realizado en México. Sin embargo, también expresaba que, a pesar de haber recurrido a distintas fuentes históricas, persistía la duda acerca de si la indumentaria de su Moctezuma II era o no adecuada.
Esto sucedía a mediados del siglo XIX y abría uno de los más interesantes y complejos capítulos del arte mexicano: el de los temas prehispánicos. Más de cien años después, otro catalán, Francisco Moreno Capdevila, realizaría una pintura referida al mundo azteca: La destrucción de Tenochtitlan. En esta obra la preocupación del autor es "exorcisar" los recuerdos infantiles que guarda de los bombardeos a Barcelona, durante la Guerra civil española.
El camino que media entre estos dos momentos del arte mexicano fue el tema expuesto por la Dra. Montserrat Galí, investigadora y catedrática de la Universidad Autónoma de Puebla, dentro de las Jornadas Culturales Catalanas, realizadas recientemente en la UNAM. La conferencia: Pintores Catalanes en México es, por otra parte, el título de uno de sus más recientes libros, donde analiza casi dos siglos de interacción en la plástica entre nuestro país y esa importante región de la Península Ibérica.
En el Virreinato, por ejemplo, no existen fuentes fidedignas que revelen la presencia de pintores y escultores catalanes en nuestro país, explica Galí. En cambio, en la década de los años 40 del siglo XIX, su influencia en el arte mexicano es relevante, entre otras cosas, porque el régimen conservador en el poder, encabezado por Antonio López de Santa Anna, tiene especial interés en promover las artes.
Estos artistas, seleccionados rigurosamente, establecen los fundamentos de lo que será la gran escuela de pintura mexicana de la segunda mitad de siglo. Entre estas personalidades destaca el catalán Rafael de Rafael, quien es el primer crítico de arte en México y difunde la llamada corriente nazarena, base teórica sobre la cual se reorganizará, en 1843, la Academia Nacional de San Carlos.
Un año más tarde, en 1844, arriban a México Pelegrín Clavé, quien es un excelente retratista, y el escultor Manuel Vilar. Ambos participan en la revisión de los planes de estudio y la remodelación de la academia. El segundo de ellos, será el primero en abordar temas prehispánicos en las artes plásticas. Sus obras más famosas son el Tlauicole, que representa un guerrero tlaxcalteca, Moctezuma II y la Malinche.
Durante el Porfiriato, el escultor Agustín Querol realiza los cuatro pegasos que se encuentran frente al Palacio de Bellas Artes y que inicialmente se colocarían en la parte superior del edificio.

Presencia catalana en los inicios del siglo XX
En sus memorias, el muralista jalisciense José Clemente Orozco afirma haber tenido un sólo maestro en toda su carrera artística, quien le enseñó lo que, en su opinión, todo pintor debe aprender en la academia: dibujar. El autor de los murales del Hospicio Cabañas se refiere al catalán Antonio Fabrés.
Fabrés arriba a México en los albores de la Revolución y demostró que además de gran pintor, era magnífico pedagogo. Pronosticó que sus mejores alumnos llegarían a ser grandes artistas y no se equivocó cuando señaló dentro de éstos a Diego Rivera, Roberto Montenegro y Saturnino Herrán. Tal vez falló en el caso de Orozco, a quien no identificó entre sus discípulos más destacados, pero que, curiosamente, fue quién más tributo le rindió.
La investigadora realiza estudios sobre el período que va de 1904 a 1921, en el cual sobresale la presencia en Cataluña de cuatro grandes pintores mexicanos: Roberto Montenegro, Diego Rivera, Francisco Goitia y David Alfaro Siqueiros. Este último residirá un tiempo en Barcelona, donde publicará la revista Vida americana. Su ideología política y sus concepciones estéticas estarán marcadas por el Círculo Futuro Anarquista, dirigido por el poeta Joan Salvat Papassei.
Dentro de estos pintores mexicanos, quizás el más fuertemente influenciado por el arte de esa región española es el zacatecano Francisco Goitia, quien, tras estudiar tres años en la Academia de San Carlos, viaja a Barcelona en 1904. Allí asiste durante cuatro años a la academia de Francés Galí, maestro de Pablo Picasso y Joan Miró, donde se compenetra con la llamada Escuela Miserabilista; referencia despectiva que daban los críticos a los pintores de escenas de pobreza, pordioseros, gitanas y figuras escuálidas.
Los pintores del Exilio
Acerca del exilio español a México a finales de la década de los años 30, la especialista comenta que es necesario distinguir dos grandes grupos de artistas: quienes llegan a ya formados y aquéllos que arriban a corta edad y, por lo mismo, se desarrollarán más tarde.
En esta primera división destaca Remedios Varo, muy reconocida en el país azteca y considerada, equivocadamente, representativa del arte mexicano. Esta artista es una extraordinaria pintora y, sobre todo, una excelente dibujante formada en los grupos vanguardistas y surrealistas de Cataluña.
Dentro de los pintores que se sienten mexicanos por haber llegado a México en su infancia, destacan: Vicente Rojo, Benito Messeger, Martha Palau, Angele Parrac y Jiménez Botei, entre otros. La mayoría de ellos aún viven y son nombres imprescindibles en el arte contemporáneo mexicano.
Francisco Moreno Capdevila, muerto el año pasado, merece una mención aparte dentro de este grupo. Es, de acuerdo con la expositora, uno de los más grandes grabadores del arte mexicano. En el Museo de la Ciudad de México se puede apreciar una de sus más fascinantes pinturas: La destrucción de Tenochtitlan.
Sin duda, la influencia de la cultura catalana abarca otros campos del pensamiento y el arte en México, con personalidades tan importantes como Eduardo Nicol, Bosch Gimpega, Carlos Bosch García, Martí Soler y Costa Amic, por citar sólo algunos.

Nota: Texto remitido por la Dirección General de Intercambio Académico (Subdirección de Información y Comunicación Académica) de la Universidad Nacional Autónoma de México.


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