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LA FLOR DEL ROMANCE

El libro "El Romancero granadino de tradición oral" recoge leyendas y episodios históricos relatados de voz en voz

"Yo me quería casar
con un mocito barbero
y mis padres me querían
monjita de un monasterio.
Una tarde de verano
me sacaron a paseo
y al volver una esquina
había un convento abierto.
Salieron cuatro monjitas,
todas vestidas de negro,
me cogieron de la mano
y me metieron adentro."
Juan Vellido. Universidad de Granada/ España. Así comienza el romance "La monja por fuerza", en versión de una anciana de Cónchar, según recoge el libro "Romancero granadino de tradición oral. Segunda flor", obra de los profesores María L. Escribano, Tadea Fuentes y Antonio Romero, que acaba de editar el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Granada en su colección de Sociolingística.
De voz en voz, los romances nos han hecho llegar una crónica plural de la primera historia, de la que nadie dio fe escrita; una crónica que adquiere la cualidad del trovador que proclama un episodio que perdurará a través de los siglos. En los romances orales se trata del amor, con mayúsculas y con minúsculas; se frecuentan el odio y los crímenes; se narran la fama, la honra y la vileza de los hombres; se descubren lo sórdido y lo mezquino; y se penetra en un pasado que se nos antoja tan familiar como cada instante del presente. Desde el siglo XII, el romancero oral -clasificado posteriormente en tres grupos: histórico, épico y novelesco; en los que se consideraban, respectivamente, los sucesos históricos, los cantares de gesta, y la leyenda-, ha rubricado los hechos más sobresalientes y los más domésticos, desde la perspectiva de las gentes humildes.

Crónica histórica

Así, el poema octosílabo parece designado por el pueblo llano, entre todos los ritmos, para conciliar la realidad con la lírica en un acto que incorpora los hechos diarios a las tradiciones más arraigadas. El romance sublima, o desmitifica, según se tercie, los acontecimientos de cada día y da cuenta de ellos de boca en boca y de generación en generación. El fértil romancero, oral y espontáneo, adquiere así, en el libro publicado por la Universidad de Granada, un carácter de crónica histórica y se nos presenta diverso en cuanto a las versiones ofrecidas, según éstas se localicen en uno u otro lugares geográficos. Los autores del libro aseguran, y atestiguan, haberse regido no sólo por criterios métricos, a todas luces insuficientes para definir el romance, sino también por determinados rasgos en los que se aprecian cuatro características: el carácter de "poesía noticiera"; la condición de poemas cultos y populares a la vez; la cualidad oral, entendida ésta última como oralidad de la transmisión, pues nadie pone en duda que "los romances más viejos tuvieron un creador y hasta fueron escritos y llevados en un zurrón, como los pliegos sueltos"; y su naturaleza tradicional.

Segunda flor

Con esta "segunda flor", el romancero granadino de tradición oral completa y amplía los cincuenta y cuatro romances estudiados por el Grupo de Investigación Sociolinguística Infantil Andaluza, del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Granada, recogidos en un libro que se editó en 1990. Los autores explican, en la introducción de este libro, la evolución de su investigación y la incorporación de nuevos romances en esta edición, al tiempo que enumeran detalladamente las características que siempre tuvo el Romancero: son "poesía noticiera", son cultos y populares a la vez, son orales, son tradicionales y contienen el mismo regusto por los hechos terribles, como los crímenes, los incestos, y todo aquello que llama la atención e impresiona la sensibilidad.
Para los autores, el objetivo de los trabajos iniciados hace ya varios años no es otro que "continuar la labor de localización de romances en los distintos lugares de la provincia de Granada e incluirlos, dentro de lo posible, en el gran Corpus del Romancero Panhispánico, esperando que futuros estudios de Geografía folklórica los tengan en cuenta al confeccionar un mapa romanticístico en nuestra región".

"En las calles de Madrid
se paseaba una dama,
como los rayos del sol
tiene la niña la cara.
En esto la quiere un duque,
cargado de oro y plata
y ella quería a un joven
que vivía frente a su casa.
Y en su casa no lo quieren
porque no es de buena raza.
Un día que los vio el padre
hablar por una ventana,
por una baja ventana,
a él, sin culpa ninguna,
le ha dado tres puñaladas.

Poema que se desarrolla en Brasil, contenido en el mismo libro sobre el romancero granadino:

El sacrificio de un padre

Si ustedes quieren oír
aproxímense para acá,
es un caso de Brasil
que les vamos a contar.
En un pueblo de San Pedro,
que es una gran capital
habitaba un matrimonio
con dos hijas nada más.
Pero estas dos hermanas
no se llevaban muy bien
pues ellas se maltrataban
y hasta no se podían ver.
La menor se llamaba Carmen,
la mayor era Sofía,
un mozo de aquella calle
a la joven pretendía.
Pide permiso a su padre
para casarse con ella
y enseguida se casaron
y muy bien se llevaba con ella.
Y pasando algún tiempo
ella encinta se quedó;
tuvo un hermoso niño
y su madre lo malogró.
Y cuando en cama se hallaba
a su madre la llamó,
y ella no pudo ir
a Carmen fue y mandó.
Sofía, al ver a su hermana,
la trata con despotismo;
verán cómo se vengaba
matando a su propio hijo.
Cuando Carmen regresó
que venía de lavar,
con aquella buena intención
al niño quería besar.
La hermana de mal ejemplo:
-Ahora no lo puedes besar
porque el niño está durmiendo,
decía la criminal.
Y la hermana no hizo caso,
y al niño se fue a besar
y al encontrárselo muerto
ella empezó a gritar:
­Carmen ha matado al niño,
pero ya lo pagará!
siendo de aquel inocente
su madre la criminal.
Haciéndose ella de nuevas
a su hermana la culpó
a que la muerte pagara,
a su padre fue y llamó.
Su padre viene al instante
creyendo que era verdad,
señores no hay más justicia
que la que yo quiera tomar.


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