LAS MEJORES UNIVERSIDADES RECIBIRÁN
MÁS
DINERO
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España pone en marcha el Plan piloto de evaluación de la Enseñanza Superior. La iniciativa podría extenderse a Iberoamérica, en un amplio programa de cooperación con proyectos similares.
Milagros Asenjo. / "La eficiencia de la Universidad se
mide con la evaluación" asegura el Secretario General del
Consejo de Universidades de España, Francisco Michavila,
que desde el año 1992 es uno de los máximos
impulsores de los proyectos de evaluación institucional
que con carácter experimental, primero, y permanente, a
partir de ahora, se llevan a cabo en la Universidad
española. Gracias a los trabajos realizados durante los
últimos cuatro años, la Universidad española
cuenta con un nuevo instrumento para velar por la calidad de las
enseñanzas que en ella se imparten y de la
investigación que se lleva a cabo en ella, así como
de la organización y gestión de los centros. Se
trata de Plan Nacional de Evaluación que servirá
también para que los recursos financieros fluyan con
más generosidad hacia aquellas instituciones que acrediten
una mayor calidad científico-docente, ya que las mejores
instituciones recibirán más dinero. El Consejo de
Universidades pretende que el proyecto abra sus brazos a la
colaboración con Iberoamérica, e incluso con el
vecino Marruecos.
El último acto de la presidencia española
de la Unión Europea fue precisamente la
presentación, en Las Palmas, de las conclusiones del
Proyecto Piloto Europeo para evaluación de la Calidad de
la Enseñanza Superior, llevado a cabo entre noviembre de
1994 y octubre de 1995, y en el que participaron diecisiete
países (los quince de la Unión Europea más
Islandia y Noruega). La experiencia ha servido para
diseñar un modelo al que podrán optar libremente
todas las universidades españolas, tanto públicas
como privadas y cuyas líneas maestras ya han sido
aprobadas por el Ministerio de Educación y Ciencia. El
decreto que regula su implantación aparecerá en
breve en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
La idea de instaurar un sistema de evaluación
institucional de las Universidades nació en el seno del
propio Consejo de Universidades, cuando Miguel Angel Quintanilla
ocupaba la secretaría general y cuando hablar de
evaluación institucional de la enseñanza superior
parecía una quimera. El propio Miguel Angel Quintanilla
impulsó el proyecto en el que también
colaboró activamente el actual Secretario General del
Consejo, Francisco Michavila.
"La Secretaría General del Consejo de Universidades
-explica Michavila- se decidió a impulsar un plan
experimental español sobre la evaluación
institucional entendiendo que se habían desarrollado
suficientemente los mecanismos de evaluación personal en
el campo de la docencia y la investigación, pero de
evaluación institucional no se había hecho
nada".
La respuesta de las universidades fue tan sorprendente como
inesperada. "Se registró una gran respuesta, a pesar de
los temores a que no fuera así", explica Michavila y
resalta que "esto introducía el factor ilusión y
contribuía a crear la cultura de la
evaluación".
La gran demanda obligó a crear tres niveles de
evaluación. En el primero, el de menor intensidad,
participaron las 17 instituciones inscritas; en el segundo, de
intensidad media, intervinieron seis; y en el tercero, de alto
rango, quedaron tres universidades. Este fue el primer paso hacia
la definitiva implantación del modelo.
En el proyecto piloto europeo han participado las universidades Politécnica de Cataluña, País Vasco, Granada y Carlos III de Madrid. Las áreas evaluadas han sido Ingeniería y Telecomunicaciones y Documentación.
TRES FILTROS DE CONTROL DE CALIDAD
Todas las universidades que lo soliciten, públicas
o privadas, podrán acogerse al primer Plan Nacional de
Evaluación institucional de la enseñanza superior.
El Ministerio de Educación, a través del Consejo
de Universidades, destinará alrededor de doscientos
millones de pesetas a financiar los proyectos que se presenten
en la convocatoria de 1996.
El modelo español se apoya en la tradición
anglosajona, establece tres escalones que se concretan en
autoevaluación, evaluación externa e informe
final.
El modelo establece tres escalones que se concretan en autoevaluación, evaluación externa e informe final.
Nota: Milagros Asenjo es redactora del Diario ABC (Madrid).