PROYECTO INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN
AMBIENTAL
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Daisy Pacheco. UNED Venezuela. / El hombre ha llevado a cabo, día a día, transformaciones tecnológicas importantes, sin promover un proceso de desarrollo sostenible igualitario, donde la participación de los diferentes componentes de un sistema, permitan la difusión de políticas que tenga que ver con su propio desarrollo.Un marco internacional marcado por un sistema que produce profundas desigualdades en el desarrollo de los pueblos y un acelerado proceso de destrucción del medio ambiente, exige la modificación de conductas de individuos y estados en aras a procesos de desarrollo sostenible. La educación debe constituirse en eje fundamental para la construcción de una sociedad más justa y próspera.
Esta acción deberá orientarse hacia la implementación de actividades formativas que conduzcan a un mejor conocimiento de las formas de interacción entre la naturaleza y la sociedad, sus causas y consecuencias, con el propósito de lograr efectos concretos de cambio de comportamientos de la población hacia al ambiente y la conservación de la naturaleza. La posibilidad de una mejor calidad de vida para el individuo sólo depende de la manera en que éste interactúe con el ambiente y esté consciente que él forma parte del mismo. Es un proceso de cambio de mentalidad que implica un cambio de cultura, donde se combina la educación y el crecimiento interior del hombre.La posibilidad de una mejor calidad de vida para el individuo sólo depende de la manera en que éste interactúe con el ambiente y esté consciente que él forma parte del mismo.
Estas realidades, nos obligan a abrir nuevos espacios para al análisis de la problemática ambiental en los distintos niveles de decisión del Estado, las corporaciones, los organismos internacionales, el mundo académico, las organizaciones de la sociedad civil y la opinión pública, para definir un cuerpo estructurado de opiniones respecto a una nueva concepción ambiental, que siga clarificando la compleja trama de las relaciones existentes entre educación, técnica, economía, desarrollo y naturaleza. De no ser así el debate, imprescindible y rotundo, que todos estamos viviendo en carne propia, correría el riesgo de convertirse en un elemental intercambio de opiniones profesionales sobre "el problema de la factibilidad", que, por supuesto, no pondría en juego los factores políticos socioeconómicos, culturales y ecológicos del modelo de desarrollo, ni tendrá un efecto predecible en el terreno de la toma de decisiones.Cada día se hace más evidente que el modelo tecno-económico que rige la dinámica de nuestra sociedad no nos conducirá jamás al desarrollo, la prosperidad, la bonanza social y la tan necesaria humanización.
Mediante este tipo de sistema se puede configurar un proceso que permita a los seres humanos desarrollar plenamente sus capacidades, adquiriendo consciencia, valores y actitudes, así como técnicas y comportamientos ecológicos y éticos que contribuyan a la superación de la pobreza.Como se demostró durante la I Conferencia Mundial de Educación Ambiental de Caracas es necesaria una transformación profunda y veloz de las costumbres del individuo.